Béisbol por los 505

Al campo tremendo trabuco: Loidel Chapellí, Marino Luis, Reinaldo Fernández, Luis Ulacia, Vicyohandry Odelín, Luis Campillo y otras glorias del béisbol en la provincia agramontina, dirigidas por Miguel Borroto. Al bate, profesores y estudiantes de la Universidad de Camagüey (UC) “Ignacio Agramonte Loynaz”, comandados por su rector Santiago Lajes Choy y el expelotero Felipe Sarduy.

A juzgar por las nóminas de los equipos, no lo entiendan como un abuso, porque tampoco resultó de “león para mono”. Fue un cerrado partido de béisbol, para celebrar con batazos y fildeos un nuevo aniversario de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, una comarca para la cual la pelota también ha sido un importante fenómeno cultural y social.

Por las glorias, llegaron las curvas del Primer Secretario del PCC en Camagüey, Jorgue Luis Tapia Fonseca, el garabato ponchador del reaparecido Viyo, que dio aquella victoria frente a Puerto Rico en el I Clásico Mundial de Béisbol con exhibición de kungfu para cerrar, y los lanzamientos milimétricos y esquinados con los que el gigante Luis Campillo mareaba las alineaciones más fuertes de la Serie Nacional.

Por la Universidad de Camagüey, Raúl Peláez, un chino cubano y efectivo que lanzó dos entradas sin permitir carreras y fue sacado de la lomita injustamente y sin suspirar; y una de las lanzadoras número uno del equipo Cuba femenino, a quien no le acompañó su equipo a la defensa, especialmente los experimentados del cuadro.

La Serie no ha empezado todavía pero mirando bien, nada de estadio Cándido González vacío. La concurrencia se armó con estudiantes de diferentes enseñanzas, profesores del Instituto Nacional de Educación Física, Deporte y Recreación, trabajadores y alumnos de la UC, con el pueblo camagüeyano ávido de que regrese el béisbol a sus predios.

En la pizarra, ojo, de excelente funcionamiento, se anotaron cinco entradas bien peleadas y con dominio de los serpentineros. Terminada esta manito de capítulos, un marcador de 6 carreras por 4, a favor del conjunto comandado por Borroto quien dijo sentirse desconcentrado pero feliz de la efervescencia, la fraternidad, la pasión que sigue despertando el pasatiempo nacional en los agramontinos.

Al cierre de este partido por los 505 años de vida de la Ciudad de los Tinajones, un saludo, una felicitación entre dos equipos diferentes en calidad y en profesión pero iguales en su deseo de aportar también a que los jóvenes se incentiven más por la práctica del béisbol en un territorio necesitado de levantar sus resultados en este deporte.

Por: Alexei Nápoles González

Fotos: Lianet López y A.N.G