El amor de una madre, un tesoro inagotable
La mayor riqueza para un hijo se halla en el inagotable e incondicional amor de una madre, que da calor cuando hace frío, que camina a tu lado día a día, que se entristece con tus penas y disfruta con tus alegrías.
El amor de una madre es la mejor medicina para aliviar un malestar. En ella encuentras el más dulce y sincero de los abrazos, el regazo donde llorar las penas y desbordar desdichas; la mejor almohada para consultar las dudas y algunas hasta parecen gitanas para predecir futuros y evitarnos escollos.
El tiempo nos devuelve esos detalles con recuerdos de cariño, que no alcanzamos a entender en su momento y que intetamos resarcir cada segundo domingo de mayo. Pero un día no basta para agradecer cuanto hacen para asumir tantas tareas al mismo tiempo, para lograr que la matemática siempre falle a tu favor si se trata de repartir un dulce rico, para cubrir con besos nuestras necesidades y para trabajar sin descanso, tratando de satisfacer nuestros deseos.
Para una madre, no hay obra más hermosa, ni creación humana más perfecta, ni labor más perpetua, que un hijo. La reciprocidad de su cariño es el mejor regalo hoy y cada jornada, que nada cuesta y cuán feliz nos hace decir: mamá, te amo.
A todas la madres de la UC, ¡muchas felicidades!