Derechos inalienables del ser humano

Derechos inalienables del ser humano

10 diciembre, 2020 Noticias 0

La justicia social, la igualdad y la dignidad plena del ser humano resultan valores esenciales a defender en cualquier circunstancia, resaltados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 217 A (III), del 10 de diciembre de 1948.

72 años después, la recordamos con la misma convicción conque fue creada, como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse. A pesar de su importancia, del tiempo transcurrido y el desarrollo alcanzado en el planeta, de su carácter vigente e insoslayable, aún seguimos esperando porque muchos Estados promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos.

En sus artículos se reconoce que: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a cuidados y asistencias especiales para la maternidad y la infancia, a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

Se refrenda también el derecho a la vida, a la libertad, a la educación, al reconocimiento ante la ley, a la protección de la familia, a la libertad de pensamiento, de opinión, de conciencia y religión. El derecho al trabajo, y su remuneración y al disfrute del tiempo libre.

Igualmente se establece que toda persona tiene deberes respecto a la comunidad…, y estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en la sociedad.

Por su parte, la Constitución de la República de Cuba, carta magna del país, conformada a través de la consulta popular y aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en febrero del 2019, consigna que el Estado cubano reconoce y garantiza a la persona el goce y el ejercicio irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e interdependiente de los derechos humanos, en correspondencia con los principios de progresividad, igualdad y no discriminación.

En el capítulo II, del Título V relativo a los derechos, deberes y garantías aparece: Todas las personas tienen derecho a la vida, la integridad física y moral, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz, la salud, la educación, la cultura, la recreación, el deporte y a su desarrollo integral.

Sin embargo, el texto de la nueva Constitución,  como de la que estaba vigente hasta el 2019, que refrendan las ideas del Apóstol, que expresara en su célebre discurso “Con todos y para el bien de todos”: “Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”, resultan solamente un paso más del trabajo desplegado en Cuba desde el Primero de Enero de 1959 en defensa de los derechos humanos y su garantía para con sus ciudadanos.

La situación de caos en la que vive el mundo actualmente, motivada por diversos factores y en la que la pandemia de Covid-19 ha funcionado como catalizador, ha demostrado la necesidad de analizar los fenómenos desde una mirada multidimensional de variables económicas, políticas, jurídicas, sociales, entre otras.

La fácil propagación de las enfermedades respiratorias y de esta en particular con altos índices de infestación ha puesto a prueba nuestra capacidad para enfrentarlas y la capacidad de los gobiernos para asumir la responsabilidad y el cuidado de la población. Igualmente ha puesto en evidencia el denuedo de unos, su proyecto social y humanista como es el caso de Cuba, y la ineficiencia de otros, entre los que prima el enfoque económico y marcadamente capitalista. 

El colapso de los sistemas sanitarios en diversas naciones obligan a una reestructuración de los servicios de salud pública, una nueva mirada hacia las profundas desigualdades sociales en el mundo, mientras que el avance de modelos políticos e ideológicos marcadamente imperialistas, intervencionistas e injerencistas, nos impela a reflexionar para encontrar soluciones viables y efectivas ante estos fenómenos que afectan a la humanidad y en especial a las personas en estado de vulnerabilidad.  

Desde Cuba, las acciones hablan de solidaridad con el mundo, de sus médicos y especialistas, del trabajo en la búsqueda de una vacuna y de la seguridad brindada a sus ciudadanos, pero también de cuanto se hace para seguir construyendo el socialismo y un país mejor para todos.

Como bien expresara el Dr. C. Yuri Pérez Martínez, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana: Defendemos la supremacía constitucional y la legalidad, el diálogo profundo y respetuoso, la crítica para perfeccionar al socialismo, la legitimidad de las demandas sociales, la promoción y protección de los derechos constitucionales, la diversidad de criterios, pero sin presiones externas.

“Creemos en el arte como concreción de la cultura nacional, en la libertad de creación artística en todas sus formas de expresión y como contribuye a promover significaciones sociales positivas, pero rechazamos que en nombre del arte se ultrajen los símbolos patrios, a la bandera de la estrella solitaria, a la que ondea en el corazón de cada cubano y cubana donde quiera que esté, la que nuca será mercenaria, ni amparará posturas anexionistas.”

Al dejar inaugurado el III Seminario Internacional “Diálogos en torno a los derechos humanos”, que  tienen lugar por estos días en La Habana como espacio para intercambiar y poner la ciencia al servicio de nuestras sociedades, Pérez Martínez, recordaba la máxima de José Martí, guía de nuestras epopeyas y de la obra revolucionaria, de que “Los derechos justos pedidos inteligentemente tendrán sin necesidad de violencia que vencer; que el único modo eficaz de mejorar los males sociales presentes, por medios efectivos, es el perfeccionamiento de la educación y la defensa ardiente de los derechos ennoblecedores y vitales que van envueltos en nombre general de la libertad”.

Por: Adary Rodríguez Pérez

 

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