El hombre nace para caballero y la mujer para madre

El hombre nace para caballero y la mujer para madre

10 marzo, 2020 Noticias 0

¿Será que los cuerpos son devenidos diseños inamovibles y predeterminados como programas informáticos, inexistentes por aquellos tiempos? ¿Será que la mujer solo lo es si lleva el privilegio de unos 9 meses y el hombre es hombre cuando se comporta ajeno a los exabruptos naturales? Pareciera ser que los hijos hacen a las madres y los nobles modales construyen la figura del “verdadero” hombre.

Es, sin dudas, sexista expresión de la cual obviaremos época y autor, centrando no más en sus condiciones discriminantes y antagónicas con la realidad que pretendemos construir pero, sin embargo, tan cercana a tantas mentes difíciles de cambiar.

El hombre es, en su expresión más biológica, el sexo masculino,  derivado del latín varo  vocablo de valiente, esforzado. Es decir que viene, casi de manera genética, destinado a ser y expresar heroicidad. La mujer por su parte, por el contrario del varón, es el ser femenino el cual no carga, por surte, con ninguna distinción conceptual o cualidad inherente, como marca de res al nacer.

No cabe dudas que esa frase fue el paradigma de antaño de una sociedad arcaica, de preceptos retrógrados en cuanto a los roles sociales de hombres y mujeres, sin embargo hoy en día, aunque resta mucho por hacer, ambos sexos van más allá de la educación y del privilegio de la maternidad.

Esas condiciones estuvieron favorecidas por las características de épocas en las que el hombre llevaba las riendas de los negocios, el poder de la economía, el adjunto de los avances científico-técnicos-literarios (en su mayoría) y las damas quedaban para preservar celosamente la casa y el hogar, para los cuidados de los hijos y encerrada entre eventos benéficos y festines familiares.

No obstante el desarrollo de la humanidad trajo también el lento y paulatino auge de las mentes conservadoras, pero que hoy día permiten colocar a mujeres y hombres en iguales peldaños, nada de argumentos baratos de  protección, ni desvalorizantes, las mujeres son madres y eso no es un impedimento, ni un logro, simplemente es un privilegio natural; sus méritos son logros obtenidos y reconocidos con siglos de esfuerzo legal y desde hace un tiempo legitimados, nada de bondades ciegas.

Los hombres no quedan reservados a los modales, ni a la cima, ellos como las mujeres valen lo que sean capaces de construir (realmente), sin carácter sexista, lo que sean capaces de labrar con resultados fehacientes y no con criterios favorecedores para uno o para el otro. Solo entoces los cuerpo no serán programas tecnológicos y sí dialécticos seres pensantes.

Por: Elena Rosales Caballero (estudiante de Periodismo)

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