El Partido Revolucionario Cubano

El Partido Revolucionario Cubano

9 abril, 2021 Noticias 0

Cuando el 10 de abril de 1892 José Martí proclamó en New York la existencia del Partido Revolucionario Cubano, ante los emigrados cubanos que lo escuchaban con devoción, se estaba viviendo un momento histórico de trascendental importancia, que era a la vez meta y punto de partida.

Meta porque fue el fruto de la labor ardua y paciente de nuestro Héroe Nacional durante doce años, que tuvo sus más importantes momentos en la carta que le dirigió a Máximo Gómez, el 20 de julio de 1882, en la que expresó por primera vez la idea de fundar una organización que uniera a todos los cubanos en la lucha contra España; en la creación de la Comisión Ejecutiva – de vida efímera – a fines de 1887, tras el impacto del discurso pronunciado el 10 de octubre de ese año; en las Resoluciones tomadas por la emigración cubana de Tampa el 28 de noviembre de 1892, al influjo del discurso “Con todos y para el bien de todos”, pronunciado en dicha ciudad dos días antes; y en la aprobación, el 5 de enero de 1892, también en esa ciudad y como continuidad lógica de las Resoluciones, de las Bases y los Estatutos Secretos del Partido Revolucionario Cubano.

Y punto de partida porque por su estructura, métodos y proyección ideológica su fundación constituyó un salto cualitativo en el proceso revolucionario cubano que posibilitó la reanudación de la lucha en una fase superior.

Los Estatutos reflejan el carácter profundamente democrático que animó su fundación. Y el análisis sobre las Bases traslucen que la reanudación de la lucha era para lograr “la independencia absoluta de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico” por medio de una “guerra de espíritu y métodos republicanos”, que conllevara a la creación de una república capaz “de cumplir, en la vida histórica del continente, los deberes difíciles que su situación geográfica le señala” y garantizar “el decoro y el bien de todos los cubanos”. Se trataba, pues, no solo de independizarse del colonialismo español, sino de establecer una república en la que la justicia social imperara y se frustara la expansión del naciente imperialismo norteamericano.

La connotación ideológica contenida en sus bases y la identificación partido – pueblo, establecida por Martí en el artículo “El Partido Revolucionario Cubano”, publicado en el periódico “Patria”, el 3 de abril de 1892, al plantear: “(…) El Partido Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano (…)”, hacen que dicho órgano político sea la expresión genuina de los intereses y perspectivas de todo un pueblo, por lo que debió tener un papel protagónico en la fase preparatoria de la revolución y con posterioridad en la república.

El primero de dichos momentos pudo lograrse bajo la certera conducción de Martí, no así el segundo, ya que fue disuelto por Tomás Estrada Palma en diciembre de 1898, cuando aún no se había alcanzado la independencia y no se sabía cuál sería el status político de Cuba en el futuro.

Tuvo que esperarse 67 años hasta que Fidel, basándose en la experiencia legada por los fundadores de nuestro primer partido marxista, fundado el 16 de agosto de 1925, y con una clara concepción de lo que debe representar el partido del pueblo cubano en la etapa actual frente al enemigo de nuestra independencia, ya esbozado por Martí, fundara el Partido Comunista de Cuba como fuerza dirigente de la sociedad cubana en la construcción del socialismo y en la defensa de la soberanía nacional.

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