La familia: país del corazón

La familia: país del corazón

12 mayo, 2021 Noticias 0

Históricamente a la familia se le ha atribuido un rol esencial como fuente primaria de bienestar físico y emocional, el espacio privilegiado para la satisfacción de las necesidades esenciales y una institución decisiva para el desarrollo personal y social.

Sin embargo, en no todos los contextos los núcleos familiares gozan de un ambiente armónico, signados por diversas problemáticas como la violencia, pobreza, droga, asesinatos y otras; razones por las cuales la Organización de Naciones Unidas decidió convertir cada 15 de mayo en tribuna para impulsar el bienestar de las familias en el mundo.

En Cuba, si bien es cierto que contamos desde 1975 con el Código de Familia, en algunos casos se observan complejidades en el interior de esa estructura que afectan su función educativa y orientadora.

Hoy un fenómeno latente en nuestra realidad está relacionado con la diversidad de modelos de familias, donde ya no predominan de manera homogénea los hogares nucleares sino que han irrumpido otras formas como las familias monoparentales con jefatura femenina y la reorientación familiar de personas de igual sexo, entre otras tendencias.

Diferentes factores sociales como los procesos migratorios, el  período especial y el bloqueo estadounidense impuesto a nuestro país transformaciones en muchos núcleos familiares cubanos, que enfrentan grandes retos para seguir siendo la célula fundamental de la sociedad.

En ese camino, es imprescindible la conducción de la familia de sus hijos e hijas desde las primeras edades y a lo largo de la adolescencia y juventud, en la formación de sus hábitos, valores  y comportamientos así como en la certera elección de su futuro profesional, a través del trabajo mancomunado con la escuela.

Asimismo, a veces los padres pensamos que ser buenos padres es  proporcionarles a nuestros hijos e hijas lo que materialmente necesitan y enseñarles buenos hábitos; soslayando otras misiones que no siempre están tan asumidas, como brindar seguridad, ofrecer oportunidades y enseñarles el gozo y el contento de vivir.

Tratar de darles como padres todas las comodidades para que ellos se desarrollen de la manera más feliz posible, quizás no sea la receta ideal.

Hoy, cuando nos encontramos en un contexto signado por la COVID-19, la necesidad de protegernos de esa pandemia ha convertido nuestros hogares en el principal sitio para salvaguardarnos y pasar más tiempo en familia, retomando de esa forma acciones como el visionado de programas televisivos juntos, los juegos tradicionales, las conversaciones con los adolescentes ávidos de consejos y muchas otras, a veces obviadas ante la vorágine de la vida cotidiana.

 Y es que, aunque a  veces se priorizan por mandatos culturales otros aprendizajes para nuestros hijos e hijas como los de índole académico,  los deportes, idiomas, el arte y las bondades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información; no podemos descuidar la comunicación interpersonal  así como nuestras demostraciones de afecto, cariño, confianza y amor.

Sirva, pues, este 15 de mayo, para continuar reflexionando a lo largo y ancho del planeta en torno al papel de la familia como espacio de socialización, formación, orientación y bienestar de todos sus miembros, pues a decir del célebre patriota italiano Giuseppe Mazzini es esta, sin dudas, “el país del corazón”.

Por: Indira López Karell

 

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