Maceo y Che: dos gigantes unidos por la historia
Cada 14 de junio deviene oportuna fecha para recordar a Antonio Maceo y Ernesto Guevara, dos personalidades que, aún con diferencias en cuanto a la época y el lugar de su nacimiento, en el color de su piel y sus profesiones, se encuentran indisolublemente unidos.
Con contrastes en su fisonomía y el contexto en que se desenvolvieron, existe en lo profundo de su pensamiento y en sus corazones una identidad esencial en el temple, trayectoria, principios, valores humanos y ejemplo.
Ambos, supieron guiar su conducta por similares normas éticas y morales, condenaron enérgicamente toda forma de opresión, abuso o arbitrariedad y ansiaron un mundo de paz, fraternidad y justicia social.
Tanto el uno como el otro fueron personalidades vigorosas, de honestidad a toda prueba, paladines de la verdad, intransigentes, celosos guardianes del honor y la dignidad de sus pueblos.
Su ética, espíritu de austeridad y colectivismo, sensibilidad, rebeldía, lealtad, franqueza, tenacidad y naturalidad, los condujo a granjearse la simpatía y cariño de quienes los conocieron.
Los identificó también su amor a la independencia y la libertad, el hecho de haber entregado sus vidas a la misma causa, el estricto apego a la disciplina, la renuncia a todo beneficio personal, su constante lucha por la redención de los oprimidos y explotados.
Su amor infinito a Cuba, vocación latinoamericanista e internacionalista, así como su acertada visión del inminente peligro que representaba el imperialismo yanqui para la Mayor de las Antillas constituyeron otros de sus rasgos coincidentes.
Igualmente, la comprensión del rol decisivo de la unidadrevolucionaria, la concepción de la unidad universal del hombre y la lucha contra todo tipo de discriminación por motivos de raza, sexo o nacionalidad, fueron aspectos donde confluyeron el pensamiento y la acción de ambas figuras.
En los momentos actuales, signados por un escenario internacional complejo, el férreo bloqueo económico del gobierno norteamericano contra Cuba y la construcción del Socialismo en nuestro país, son baluartes esenciales el patriotismo, latinoamericanismo, elevado sentido de la ética y la igualdad y justicia social heredadas por Maceo y Che.
Por eso, hoy más que nunca toca a las nuevas generaciones ser fieles continuadores del legado del Titán de Bronce y el Guerrillero Heroico, esos gigantes que supieron desafiar al tiempo y perpetuaron sus almas para siempre en la historia.
Por Indira López Karell
