No todas las heroínas tienen capa

No todas las heroínas tienen capa

19 octubre, 2021 Artículos 0

Por: Osleydis Pérez Ferriel

Hoy es un martes diferente. Aunque el sol se ve radiante y los colores resaltan a la vista, predomina el rosa. Sí, porque este 19 de octubre es el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. La fecha busca sensibilizar y crear conciencia en todo el mundo acerca de esta enfermedad.

Según especialistas, el cáncer de mama se origina en las células del revestimiento (epitelio) de los conductos en el 85% de los casos, o en lóbulos del tejido glandular de los senos (15%). Al comienzo, el tumor canceroso está confinado en el conducto o lóbulo (in situ), donde generalmente no causa síntomas y tiene un mínimo potencial de diseminación (metástasis).

Con el paso del tiempo, este cáncer in situ (estadio 0) puede progresar e invadir el tejido mamario circundante (cáncer de mama invasivo), y a continuación propagarse a los ganglios linfáticos cercanos (metástasis regional) u a otros órganos del organismo (metástasis distante). De hecho, cuando una mujer muere de cáncer de mama, es consecuencia de la metástasis generalizada. 

Es necesario resaltar que el cáncer de mama afecta a las mujeres de cualquier edad después de la pubertad, pero las estadísticas aumentan en su vida adulta.

El tratamiento puede ser muy eficaz, en particular, cuando la enfermedad se detecta temprano. A menudo, una combinación de extirpación quirúrgica, radioterapia y medicación (terapia hormonal, quimioterapia y/o terapia biológica dirigida) es efectiva para tratar el cáncer microscópico que se ha propagado desde tumor mamario a través de la sangre. Por consiguiente, el tratamiento que pueda impedir la progresión y diseminación del cáncer, salva vidas.

En 2020, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2,3 millones de mujeres, y 685 000 fallecieron por esa enfermedad. A fines del mismo año, 7,8 millones de mujeres a quienes, cinco años antes se les había diagnosticado cáncer de mama, seguían con vida. Esto convierte a la enfermedad en el cáncer de mayor prevalencia internacionalmente. Se estima que, a nivel mundial, los años de vida perdidos ajustados en función de la discapacidad (AVAD) en mujeres con cáncer de mama superan a los ocasionados por cualquier otro tipo de cáncer. La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es 3eab652b76b1979c41a218dff4718268.jpg

 ¿Quiénes corren riesgo?

El cáncer de mama no es una enfermedad transmisible o infecciosa. A diferencia de algunos cánceres que tienen causas relacionadas con procesos infecciosos, como la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer del cuello uterino, no se conocen infecciones víricas o bacterianas relacionadas con la aparición del cáncer de mama.

Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años). Algunos factores aumentan el riesgo de padecer esa enfermedad, como son el envejecimiento, la obesidad, el consumo perjudicial de alcohol, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el historial de exposición a radiación, el historial reproductivo (como la edad de inicio de los períodos menstruales y la edad al primer embarazo), el consumo de tabaco y la terapia hormonal posterior a la menopausia.

Entre las opciones de comportamiento y las intervenciones conexas que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama figuran las siguientes:

  • lactancia materna prolongada;
  • ejercicio físico habitual;
  • control del peso;
  • evitar el consumo perjudicial de alcohol;
  • evitar la exposición al humo de tabaco;
  • evitar el uso prolongado de hormonas; y
  • evitar la exposición excesiva a radiación.

Lamentablemente, aunque pudieran controlarse todos los factores de riesgo potencialmente modificables, el riesgo de padecer cáncer de mama tan solo se reduciría como máximo en un 30%.

La pertenencia al género femenino es el principal factor de riesgo de cáncer de mama. Aproximadamente entre el 0,5% y el 1% de los casos de cáncer de mama afectan a varones. El tratamiento de esa enfermedad en los varones sigue los mimos principios que los que se aplican a las mujeres. 

Los antecedentes familiares de cáncer de mama aumentan el riesgo de padecerlo, pero la mayor parte de las mujeres a las que se diagnostica cáncer de mama no tienen antecedentes familiares conocidos de la enfermedad. La falta de antecedentes familiares conocidos no necesariamente significa que una mujer esté menos expuesta a padecer cáncer de mama. 

Algunas mutaciones genéticas hereditarias de «alta penetrancia» aumentan el riesgo de cáncer de mama, las más predominantes de las cuales son las mutaciones en los genes BRCA1, BRCA2 y PALB-2.  Las mujeres a las que se detectan mutaciones en esos importantes genes podrían estimar la posibilidad de adoptar estrategias de reducción del riesgo como la extirpación quirúrgica de ambos senos. La consideración de un enfoque tan invasivo solo concierne a un número muy limitado de mujeres, es por ello que debería sopesarse detenidamente, teniendo en cuenta todas las posibles alternativas.

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Signos y síntomas.

El cáncer de mama se presenta más frecuentemente como un nódulo o engrosamiento indoloro en el pecho. Es importante que las mujeres que detecten una hinchazón anormal en el seno acudan a un profesional de la salud sin demorarse más de 1-2 meses aunque no sientan ningún dolor asociado al nódulo. Solicitar atención médica al primer signo de un posible síntoma contribuye a un mayor éxito del tratamiento.

Generalmente, los síntomas del cáncer de mama son los siguientes: 

  • un nódulo o engrosamiento en el seno;
  • la alteración en el tamaño, forma o aspecto de un seno;
  • la aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otra alteración en la piel;
  • el cambio de aspecto del pezón o la alteración en la piel circundante (areola); y/o
  • la secreción anormal por el pezón.

El cáncer de mama puede manifestarse de muy diversas formas, por lo que es importante realizar un examen médico completo. Las mujeres con anormalidades persistentes (que por lo general duren más de un mes) deberían someterse a algunas pruebas, como la obtención de imágenes de la mama y en algunos casos la toma de muestras de tejido (biopsia) para determinar si la masa es maligna (cancerosa) o benigna.

Tratamiento.

El tratamiento del cáncer de mama puede ser sumamente eficaz, con probabilidades de supervivencia del 90% o más altas, en particular cuando la enfermedad se detecta de forma temprana. Habitualmente, consiste en cirugía y radioterapia para frenar el avance de la enfermedad en el pecho, los ganglios linfáticos y las áreas circundantes (control locorregional) y terapia sistémica (medicamentos contra el cáncer administrados por vía oral o intravenosa) para tratar y/o reducir el riesgo de diseminación del cáncer (metástasis). Entre los medicamentos contra el cáncer se incluyen la terapia endocrina (hormonal), la quimioterapia y en algunos casos la terapia biológica dirigida (anticuerpos).La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es ef7365954f0ebaa4751c7d677b90852f.jpg

La radioterapia también desempeña un papel importante en el tratamiento del cáncer de mama. En los primeros estadios del cáncer, la radioterapia puede evitar que una mujer tenga que someterse a una mastectomía. En los estadios posteriores de la enfermedad, la radioterapia puede reducir el riesgo de recurrencia incluso cuando ya se haya realizado la mastectomía. En el estadio avanzado del cáncer de mama, en algunas circunstancias, la radioterapia disminuye la posibilidad de fallecer como consecuencia de la enfermedad.

La eficacia de las terapias contra el cáncer de mama depende del cumplimiento del ciclo de tratamiento completo. Por lo contrario, con un tratamiento parcial es menos probable un resultado positivo.

Respuesta de la OMS.

El objetivo de la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama, de la OMS, es reducir en un 2,5% anual la mortalidad mundial por esa enfermedad, con lo cual entre 2020 y 2040 se evitarían 2,5 millones de muertes a nivel mundial. En caso de cumplirse ese objetivo, para 2030 se evitaría el 25% de las muertes por cáncer de mama entre las mujeres menores de 70 años, y para 2040 esa cifra sería del 40%. Los tres pilares para alcanzar dicha meta son: la promoción de la salud para una detección precoz; el diagnóstico oportuno; y la gestión integral del cáncer de mama.

Si se imparte educación sobre salud pública a las mujeres para mejorar su conocimiento de los signos y síntomas del cáncer de mama y para que, juntamente con sus familias, entiendan la importancia de la detección y el tratamiento precoces, serían más numerosas las mujeres que acudirían a los profesionales de la salud cuando comenzaran a sospechar que tienen cáncer de mama y antes de que progresara cualquier cáncer ya presente. Esto es posible incluso cuando no se dispone de equipo para la exploración mamográfica, lo cual actualmente es poco factible en muchos países.

La educación sobre salud pública debe combinarse con la educación de los trabajadores de la salud sobre los signos y síntomas del cáncer de mama inicial de modo que, cuando proceda, se derive a las mujeres a los servicios de diagnóstico.

El diagnóstico rápido debe ir a la par del tratamiento efectivo del cáncer, que en muchos establecimientos de salud requiere un cierto grado de atención especializada de la enfermedad. Mediante la creación de servicios centralizados en un centro u hospital dedicados al cáncer, usando el cáncer de mama como modelo, el tratamiento de esa enfermedad puede optimizarse y al mismo tiempo mejorar el de otros tipos de cáncer.

Cada acción nuestra, cuenta.

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Fuente: Datos y cifras sobre el cáncer de mamas, OMS.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/breast-cancer

 

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