Empezar el año… con buen paso

Reza un dicho popular que no existe mejor momento que el tiempo presente y el inicio de un nuevo año viene a consolidar esta idea, porque la magia y lo verdaderamente hermoso de los comienzos, es que con ellos se sobreviene un sinfín de nuevas oportunidades, son un ciclo para mirar hacia adelante, cerrando otros, otras puertas, ciertos capítulos (no importa el nombre con el que llamemos a las etapas de la vida que ya han acabado), de continuar algunos, pero siempre buscando transformar _para bien_ la forma de hacer las cosas, e iniciando nuevos proyectos, esperando lo mejor de los meses que están por venir.
¿Cómo lograrlo? …, les adelanto que no existe una única vía o una fórmula maestra para ello; lo que definitivamente sí puedo asegurarles es que ineludiblemente depende de cada quien, de que pongamos manos y corazón a las obras y asumamos prácticas a lo interno y externo de nosotros mismos, que nos conduzcan al logro de nuestras metas.
¡¿Nuestra propuesta?!
Primero la Idea. Todos los caminos se inician con un paso, pero si no sabemos qué queremos lograr, ningún camino que elijamos nos llevará allí. No es posible conseguir algo si no tenemos suficiente claridad de lo que pretendemos alcanzar. Entonces…, fijemos nuestros objetivos, determinemos nuestros propósitos para este nuevo año y a disfrutar del proceso; que la verdadera felicidad y lo bonito de lograr las metas no radica en la meta en sí, sino en todo el trayecto, las circunstancias y las personas de nuestro entorno que contribuyen a su consecución.
¡Atrévete a superarte! Ello implica ser conscientes de nuestros fallos, que a su vez nos permitirán ser conscientes de nuestros propios límites como ser humano. Por una parte, los fallos también tienen un poderoso y gigante lado positivo, el aprendizaje que deriva de ellos. La clave está en descubrirlos como pistas para tomar el camino correcto. Por otra parte, retarnos a nosotros mismos y averiguar hasta dónde podemos llegar, es una excelente práctica (si no nos hubiéramos atrevido a ir más allá de nuestros límites, conocimientos y capacidades, el mundo de hoy, los avances científico-técnicos, el desarrollo alcanzado por el hombre, no sería de la manera como lo conocemos en la actualidad).
Aunque de igual forma es importante proponernos metas realistas, atendiendo a nuestros propios recursos (personales, psicológicos, económicos, sociales), para lograr su consecución en mayor y mejor medidas.
Confianza en ti. Sólo se puede conseguir cuánto nos proponemos de esta manera. El secreto está en uno mismo, en saber quiénes somos y en creer que podemos lograrlo. Un pequeño tip para fortalecer la confianza es valorar todo aquello que ya hemos conseguido _una práctica no muy frecuente en el ser humano_. Seguramente si realizamos un repaso rápido al pasado encontraremos varias cosas que ya hemos logrado y de las que nos sentimos orgullosos (as). Tengamos presente que si hemos conseguido algo en el pasado, podemos volver a hacerlo, sea la meta que sea, sólo debemos ponerle todo nuestro empeño y energías al asunto y ¡listo!, los resultados hablarán por sí solos.
Optimismo desafiante para encarar el futuro. Citando a la escritora Isabel Allende hacemos referencia a lo más importante que nos acompañará en el trayecto para alcanzar nuestros objetivos, hoy y siempre: la actitud _“con c”_. Si iniciamos el recorrido pensando que no lo lograremos, habremos renunciado incluso antes de comenzar; por lo que decididamente debemos comenzar esta nueva etapa con mucho optimismo y mantener una actitud positiva, que podamos extender al resto del año y a todos nuestros propósitos. Ello no implica que esté prohibido sentirnos triste, porque inevitablemente existen circunstancias y momentos en la vida dolorosos, difíciles; sólo que debemos conservar siempre la esperanza y la ilusión y, mantener el foco en nuestras metas, puede ayudarnos a superar estos momentos. Si nos concentramos en aquello que queremos lograr, somos perseverantes y mantenemos la fe y la confianza en nosotros mismos, ciertamente obtendremos buenos resultados.
Actúa en correspondencia. Para que nuestros sueños y proyectos pasen de la sola idea a materializarse, debemos trabajar duro y con inteligencia, focalizados en nuestros objetivos, “visualizarlos” _como se suele decir popularmente_, y movilizar nuestro comportamiento a fin de su consecución. Ello requiere emplear todo nuestro tiempo, esfuerzo, energía y recursos personales, restando actividades y personas que nos alejan de alcanzar nuestras metas.
Para este punto es importante además, definir qué acciones (el cómo vamos a conseguirlo) nos permitirán alcanzar aquello que nos hemos propuesto, es decir, trazarnos un plan de acción, dibujar el camino a seguir, por ejemplo: no basta con decir “quiero aprender idioma inglés”, sino que debemos decir “voy a aprender idioma inglés porque voy a asistir a un curso 3 veces a la semana, voy a practicar la expresión oral con una aplicación móvil que ya tengo instalada, voy a estudiar la lengua mínimo una hora cada día, etc.”
¡Comprométete contigo mismo! El compromiso que hacemos con nosotros mismos tiene un valor incalculable, mayor que el que asumimos con los demás, porque ante los obstáculos y escenarios difíciles en la vida, nos permitirá reunir las fuerzas y energía necesarias para no cejar en el empeño y continuar adelante. Somos los únicos responsables de que se cumplan “o no” nuestros sueños. Nadie más puede hacerlo por nosotros. Si no tomamos la iniciativa, somos constantes y lo intentamos una y otra y otra vez, no lograremos nuestros objetivos para este año y los que vendrán.
Como casi siempre les ofrecemos algunas recomendaciones, en espera de que les sean beneficiosas, no sólo por el inicio del año sino para toda la vida, porque es nuestra única vida y vale la pena vivirla con calidad.
¡Es momento de dar el paso! ¡Iniciemos la ruta dando lo mejor de nosotros! Que este sea un año de crecimiento personal y profesional, de unidad, de afectos, de compromiso y entrega para con nosotros mismos y para con los demás. Que seamos más felices. ¡Bienvenido 2023!