Sello comunitario para arte de calidad

Festival de Artistas Aficionados de las Facultades de Lenguas y Comunicación, Cultura Física y Ciencias Pedagógicas en la Comunidad San Rafael
Nerviosos ante la expectativa de una actuación en un entorno diferente, muy alejado de los escenarios habituales, estudiantes de las Facultades de Lenguas y Comunicación, Cultura Física y Ciencias Pedagógicas llegaron hasta La Comunidad San Rafael.
En las guaguas se vivió el júbilo propio de las antesalas a los Festivales de Artistas Aficionados, que llegan esta vez con una propuesta novedosa, sin el glamour del teatro pero con el calor y la efusividad de la gente de barrio.
Al montar en los ómnibus que los conducirían hasta la circunscripción del distrito Agramonte-Simoni, algunos conocían el destino, otros tenían una noción de hacia dónde se dirigían, la mayoría visitó el lugar por primera vez.
Un escenario, montado desde la mañana, un descampado a sus espaldas, sillas, rostros alegres y curiosos, niños, jóvenes, hombres y mujeres y música matizaron el recibimiento.
Sin telones, ni luces, salvo los de un ocaso medio gris y fresco, que se vistió de colores y tonos en la actuación de los universitarios, resultó un excelente teatro, con un público, poco acostumbrado a estos espectáculos, pero receptivo y agradecido.
Felipe Rivero López, vecino de ese barrio y profesor de la Facultad de Cultura Física fue el enlace de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz” con la comunidad. Él gestó la semilla a través de un proyecto, fruto de su tesis de Maestría, que propició la realización de actividades deportivas y culturales en la localidad, y se regó con el interés de la dirección de la UC de extender los horizontes del arte y del quehacer universitario.
Así, artistas aficionados de esta alta casa de estudios demostraron sus dotes en la música, la danza y el teatro, ante los jueces, instructores de arte de la Casa de Cultura Ignacio Agramonte, mientras la magia, risas y notas musicales vibraban en la Comunidad San Rafael, junto a los aplausos de los vecinos.
Texto y fotos: Adary Rodríguez Pérez