Camilo en el corazón de su isla

¿Quién no conoce a Camilo Cienfuegos? ¿Quién no ha escuchado al menos una de sus anécdotas? Y es que al hombre del sombrero alón se le quiere y admira, porque no se encuentra en todos lados una personalidad tan autentica, donde la firmeza y la ternura van de la mano.
Hoy, seis de febrero, evocarlo alienta de nuevo a sus compatriotas con los resortes de una cercanía que ni la muerte ni el tiempo han logrado difuminar. Hoy, se le recuerda como ese grande de nuestra historia, que, por su carisma y convicción, se convirtió en uno de sus líderes más queridos.
Este habanero, conocido por su amplia sonrisa, fue uno de esos hombres de pueblo capaz de ganarse la simpatía de los más recalcitrantes y cuyas bromas lograban divertir incluso a los más serios. Porque así era él, alegre y divertido, que, en contraste con su coraje, intransigencia y valor, lo llevaron a ser columna vertebral de un camino hacia el triunfo.
Amigo incondicional del Che, modelo de lealtad a Fidel, corazón entregado a su Patria. Sus hazañas en la Sierra Maestra y su victoria en el heroico Yaguajay avivan los cien fuegos del gigante.
El tiempo no hace mella en su figura, porque Camilo sigue siendo del pueblo, ese que encontró refugio bajo el ala de su gran sombrero y confianza en el brillo de su sonrisa. Hoy, cuando a 91 años de su nacimiento se le agradece al azar haber tenido un cubano tan completo, Camilo sonríe, pícaro, satisfecho, feliz, desde el profundo espacio que habita para siempre: el corazón de su Isla.
Por: Talia M. Velázquez Maza
Camilo Cienfuegos Fidel Castro Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz