El nuevo Código de las Familias: hacia una mirada más inclusiva y plural.

El nuevo Código de las Familias: hacia una mirada más inclusiva y plural.

5 julio, 2021 Noticias 0

Disímiles realidades como el no reconocimiento legal de los hijos concebidos fuera del matrimonio o resultado de una unión consensual, la inexistencia del divorcio desde el punto de vista jurídico, el procesamiento por la ley de aquellas mujeres que cometiesen adulterio y muchas otras vivencias aún afloran en la mente de quienes ya peinan canas; historias que a la altura de los nuevos tiempos nos parecen “cosas de novelas”.

A 45 años de la promulgación del Código de Familia en nuestro país esos dictámenes y prohibiciones nos resultan totalmente carentes de sentido; contrarios a los principios de igualdad y justicia social asumidos por la Revolución desde 1959, donde los derechos de las mujeres, los niños, las niñas y la familia han adquirido otra dimensión.

Pero si bien es cierto que el valor del actual Código es insoslayable, los tiempos cambian; razón por la cual se hace imprescindible introducirle modificaciones por la experiencia de su aplicación y las necesidades y aspiraciones de la familia cubana actual.

Hoy, por ejemplo, no existe un reconocimiento a la diversidad de formas familiares, al potenciarse principalmente la familia matrimonial, nuclear, heterosexual, cuando ya no es el modo más relevante, pues a tono con el concepto de matrimonio enarbolado por la Doctora Patricia Arés: “Es la unión de personas con un proyecto de vida en común; relaciones de reciprocidad, apoyo, amor, solidaridad, y con la función de brindar seguridad y satisfacer las necesidades psicológicas básicas desde la niñez”.

En esa dirección, en la sociedad cubana actual confluyen diversas formas de organización familiar tales como las parejas de igual sexo, madres y padres solteros, las familias reconstituidas o ensambladas y otros modelos, los cuales rompen con los estereotipos y dogmas establecidos y requieren de mayor visibilidad y amparo jurídico.

El reconocimiento de las parejas de igual sexo, más que una batalla exclusiva de las personas cuya sexualidad rompe con patrones hegemónicos en defensa de sus derechos requiere de una mirada más profunda, inclusiva, plural, desprejuiciada y humana en una sociedad donde subyacen rezagos machistas, herencia de la cultura patriarcal.
Otro asunto que no debe obviarse en la actualización de nuestro Código es la violencia intrafamiliar, que obliga a establecer mecanismos para su prevención, unido a la protección jurídica de las víctimas.

En ese sentido se incluye la previsión de las consecuencias que generan los malos tratos psicológicos, físicos, sexuales, patrimoniales, económicos y que pasan, incluso, por el uso de las personas menores de edad como fuerza de trabajo en los negocios familiares.

Asimismo resulta oportuna la mirada hacia los derechos de niñas, niños y adolescentes al interior de las familias, la protección a personas en situación de discapacidad y a los adultos mayores, esto último en consonancia con el envejecimiento poblacional que enfrenta la Mayor de las Antillas.

Sin dudas, en la era de Internet, las redes sociales y del desarrollo vertiginoso de las nuevas tecnologías muchos son los desafíos de las familias cubanas; que ya no representan únicamente la imagen idealizada de un hombre y una mujer en una relación legal, matrimonial para toda la vida, con la intención de criar hijos.

De ahí la pertinencia del nuevo Código de familias en la Isla, el cual responde al mandato contenido en la Constitución de 2019 aprobada por amplia mayoría del pueblo.

En un contexto signado por una situación económica compleja, bajos índices de fecundidad, la migración y el envejecimiento poblacional hay mucho que abordar en torno a la pluralidad que habita en los hogares cubanos, para que la familia continúe siendo la célula fundamental de la sociedad.

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