La Constitución de Guáimaro y la Cuba contemporánea

La Constitución de Guáimaro y la Cuba contemporánea

10 abril, 2019 Artículos 0

Por: Dr. C. Efrén José Álvarez Rodríguez

Como se afirma a lo largo de nuestra historia, la gesta independentista cubana es una sola: la iniciada en 1868 por Carlos Manuel de Céspedes; continuada por José Martí y las posteriores generaciones de revolucionarios de la primera mitad del siglo xx; hasta la materializada por Fidel con el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959 y que perdura hasta nuestros días.

El próximo 10 de abril conmemoraremos el 150 aniversario de la Primera Constitución de la Republica en armas: La Constitución de Guáimaro.

La efeméride se celebra a pocos días de que el pueblo cubano, por abrumadora mayoría, aprobara en Referendo Constitucional la nueva Carta Magna de la República de Cuba. Referendo extraordinario, contundente, orgullo de los cubanos y que le concede mucha legitimidad de origen a nuestra constitución, porque ha sido construida por todos y en correspondencia con el legado histórico de la Patria.

Desde el inicio de la guerra contra España, y producto de la gran desorganización en el plan de alzamiento conjunto de todas la fuerzas conspirativas (levantamiento de La Damajagua el 10 de octubre de 1868 y de las Clavellinas el 4 de noviembre), la dirección de la lucha había quedado dividida entre los que luchaban en el Oriente cubano y los patriotas del Camagüey. Pero todos sabían que ese estado de cosas no podía continuar, perjudicaba a la Revolución dentro, en su organización, y fuera, en su prestigio. Por encima de estas diferencias imperaba en los revolucionarios el amor a la patria y el afán de lograr su independencia.

Debido a esto se hacía imprescindible una reunión urgente para unir esfuerzos contra el enemigo común, y solucionar los problemas derivados de la no existencia de mando único, del regionalismo y la falta de unión que imperaba entre los protagonistas de la insurrección.

Se convocó en el pueblo libre de Guáimaro una asamblea con representantes de los tres departamentos de la Isla, levantados en armas:Capitanía General de Oriente, Asamblea General del Centro (Camagüey) y la Junta Revolucionaria de las Villas; para formar un gobierno nacional que rigiera por igual en toda la   República.

El resultado principal de la Asamblea de Guáimaro fue la redacción de la Primera Constitución Cubana, que estuvo en vigor en el territorio de Cuba Libre, votada el l0 de abril de 1869.

Esta Constitución fue firmada por Carlos Manuel de Céspedes, Presidente de la Asamblea Constituyente, y los Diputados Salvador Cisneros Betancourt, Francisco Sánchez, Miguel Betancourt Guerra, Ignacio Agramonte Loynaz, Antonio Zambrana, Jesús Rodríguez, Antonio Alcalá, José Izaguirre, Honorato Castillo, Miguel Gerónimo Gutiérrez, Arcadio García, Tranquilino Valdés, Antonio Lorda y Eduardo Machado.

La Constitución de Guáimaro es considerada por los especialistas cubanos en materia de derecho constitucional, como el primer más notable e importante estatuto jurídico de la historia republicana de Cuba por medio de la cual se organizaba al país como un Estado político independiente

La Constitución está estructurada en 29 apartados y en ellos se destacan como principales fundamentos, los siguientes:

  • Atribuye a la Cámara de Representantes el Poder Legislativo. Establece las normas para la integración de dicha Cámara y el procedimiento para cubrir las vacantes, así como los requisitos para ser elegido Representante, declarando la incompatibilidad del cargo con el ejercicio de otros de la República.
  • Por mandato constitucional esta Cámara de Representantes se constituiría en sesión permanente hasta que concluyera la guerra.
  • Entre las facultades de la Cámara de Representantes se encuentra la de nombrar al Presidente de la República, al General en Jefe, a los Secretarios de Despachos, al Presidente de las sesiones y al resto de los empleados; este órgano tiene además facultad para deponer a los funcionarios que nombra.
  • Otra facultad es la de conocer de las acusaciones al Presidente de la República, al General en Jefe y de los miembros de la Cámara y someter, si procede, el caso a conocimiento del Tribunal.
  • Por acuerdo unánime de la Cámara de Representantes puede ser enmendado el texto constitucional.
  • El Poder Ejecutivo de la República en Armas, recayó en la figura del Presidente.
  • Se establece el requisito para ser nombrado Presidente y las facultades de éste con respecto al General en Jefe y a las decisiones legislativas de la Cámara.
  • El Poder Ejecutivo puede celebrar tratados y designar embajadores, ministros plenipotenciarios y cónsules de Cuba en otros países, así como la de recibir embajadores.
  • Se reconoce la independencia del Poder Judicial y encarga su organización a la aprobación de una ley posterior.
  • Por decisión de la Asamblea quedó la Isla dividida en cuatro Estados: Oriente, Centro, Las Villas y Occidente; con facultades para enviar a la Cámara igual representación.
  • Se establece qué regulaciones tenían que ser establecidas por ley, reservándolas por consiguiente a la competencia única de la Cámara de Representantes.
  • Se establecen normas por las que se debía regir el proceso legislativo.
  • Con respecto al ciudadano la constitución estableció el requisito para elegir y ser elegido, reconoció la condición de hombre libre a todos los habitantes de la República y el deber y el derecho de ser soldados del Ejército Libertador, conjuntamente con otros derechos civiles.

En resumen, se constituía un estado nacional reconocido por todos y que facilitaría la ayuda desde el exterior, superando así el estado inicial de la insurrección, caracterizado por una dirección pluricéntrica.  Como resultado fue declarada la constitución de un gobierno de forma republicana, adoptando la clásica división de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial.

Se develaba el carácter social de la revolución, quedando claro como primera cuestión el objetivo emancipador y antiesclavista del proceso. Se dotaba al estado de instituciones de genuina proyección nacional.

La   Constitución de Guáimaro evidencia la madurez alcanzada por el movimiento revolucionario cubano y permitió que la nación cubana en formación emanara de este conclave elevada a la estatura de nación independiente.

El pasado 24 de febrero los cubanos_“guiados por lo más avanzado del pensamiento revolucionario, antiimperialista y marxista cubano, latinoamericano y universal, en particular por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin… convencidos de que Cuba no volverá jamás al capitalismo como régimen sustentado en la explotación del hombre por el hombre, y que solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena… conscientes de que la unidad nacional y el liderazgo del Partido Comunista de Cuba, nacido de la voluntad unitaria de las organizaciones que contribuyeron decisivamente al triunfo de la Revolución y legitimado por el pueblo, constituyen pilares fundamentales y garantías de nuestro orden político, económico y social…identificados con los postulados expuestos en el concepto de Revolución, expresado por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 1ro de mayo del año 2000_ votamos porque Cuba continúe siendo un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva”1.

Esta decisión colectiva se adopta en medio de una compleja coyuntura internacional, caracterizada por el recrudecimiento de la política hostil del imperio del norte hacia nuestro país y otros países hermanos de nuestra región, como Venezuela y Nicaragua; “a lo que se le suma la complicidad de gobiernos serviles y lacayos que pretenden culpar a Cuba de todos los males de la región, como si estos no fueran consecuencia de despiadadas políticas neoliberales que provocan la pobreza, el hambre, la  desigualdad, el crimen organizado, el narcotráfico, la corrupción política, el abuso y la privación de derechos a los trabajadores, los desplazados, el desalojo de campesinos, la represión de los estudiantes y precarias condiciones de salud, educación y vivienda para las grandes mayorías.”2

Son los mismos que declaran la intención de continuar forzando el deterioro de las relaciones bilaterales y promueven nuevas medidas de bloqueo económico, comercial y financiero para restringir el desempeño de la economía nacional y provocar limitaciones adicionales al pueblo.

En este contexto el país continúa sufriendo una tensa situación en las finanzas externas debido al no cumplimiento de los ingresos planificados por exportaciones, el turismo y la producción azucarera, a lo que se suman los daños ocasionados por una prolongada sequía, seguida por los destrozos del huracán Irma, posteriormente la ocurrencia de intensas lluvias y por último el devastador tornado que azotóla capital.

“Por todo ello, la batalla económica sigue siendo la tarea fundamental y también la más compleja que debemos enfrentar. Se impone reforzar nuestras estructuras y equipos de dirección… No podemos cansarnos de oír a los que saben, valorar sus propuestas y articularlas con lo que nos proponemos lograr. Necesitamos una actitud más proactiva, inteligente y concreta de los dirigentes impulsando —no trabando ni demorando— soluciones seguras y particulares a los problemas, con respuestas ágiles y eficientes.

Es menester ser más coherentes con la Conceptualización del Modelo Económico y Social y más sistemáticos y precisos en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social de la Revolución.

Es hora de actuar sin dogmas y con realismo, atendiendo las prioridades, facilitando el real fortalecimiento de la empresa estatal y su encadenamiento productivo con la inversión extranjera, las empresas mixtas y el sector no estatal de la economía.El reto es integrar a todos los actores, formas de propiedad y de gestión presentes en nuestro entorno económico social, a la batalla por la economía…”3.

La situación descrita convirtió en una necesidad inaplazable esta nueva Carta Magna. Se debía lograr un acompañamiento legislativo coherente al proceso de actualización de nuestro Modelo Económico y Social cubano de Desarrollo Socialista. En otras palabras, que nuestro sistema jurídico, en su conjunto, no se convirtiera en freno a las transformaciones acordadas y por el contrario, favoreciera a las mismas, tanto en su filosofía de interpretación, como en sus normativas.

Su aprobación por la mayoría del pueblo cubano ha sido no solo una nueva victoria política de la Revolución; sino también un paso adelante en la creación de condiciones institucionales, que sin dudas impulsará por el camino correcto la actualización de nuestro Modelo, que a su vez es condición imprescindible para destrabar los nudos que atan el desarrollo de nuestras fuerzas productivas y el cumplimiento de los altos objetivos humanistas que encierra nuestro Proyecto.

Esta es la Constitución de todos los cubanos, de los que votaron Sí y los que votaron No, de los que no asistieron a las urnas y de los que aun asistiendo, no dejaron plasmada su voluntad en signos decodificables y que solo ellos en sus conciencias comprenderán sus razones.

El reto mayor para todas las cubanas y cubanos estriba en su estricto cumplimiento. Como afirmara nuestro Comandante en Jefe: “Una de las cosas que nos preocupa y que debe ser una preocupación perenne, es que (…) la constitución que nosotros hagamos se cumpla rigurosamente. No podemos tener o aprobar uno solo de esos preceptos, que no se aplique rigurosamente”4.

Ahora, que disponemos de este formidable texto, es el momento de llamar la atención sobre el rumbo de nuestras tareas inmediatas. Ello está definido en la Visión de la Nación que incorpora la Conceptualización de nuestro Modelo, como el estado ideal deseado de nuestra sociedad socialista para un período determinado. En ella se define la nación como soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

La historia nos enseña cuán difícil y preñada de contradicciones han sido las experiencias internacionales y la propia, en este camino de construcción del socialismo desde la perspectiva marxista-leninista. También hay saldos alentadores en materia de conquistas sociales que la sociedad burguesa organizada, bajo el más puro principio del egoísmo personal, no ha conocido.

Socialismo es control, participación masiva desde abajo. Solo los que no están en el camino de los grandes intereses que perseguimos se pueden oponer a ello, los que defienden intereses torcidos, egoístas y de grupos. Como Martí decimos que solo perdura lo que un pueblo quiere.

La prosperidad y la soberanía tienen que estar sustentadas por una sólida base económica y también es imprescindible el esfuerzo de creación de una cultura socialista que esté acorde a nuestras realidades, sin hombre y mujer nueva, no puede brotar una sociedad nueva. Y tenemos que desaprender muchos hábitos y formas de hacer viciadas, tenemos que capacitarnos para comprender el escenario en que vivimos y saber hacia dónde es preciso modificarlo, tenemos que ser sujetos conscientes, críticos y revolucionarios de los procesos, en los que estamos insertados con profundo sentimiento de implicación.

“Vamos a salir adelante. Y vamos a seguir venciendo. A eso nos enseñaron los padres de la nación. A eso nos convoca todos los días el pueblo digno y heroico de Céspedes, Mariana, Maceo, Gómez, Martí, Mella, Villena, Haydeé, Abel, Celia, Frank, Vilma, Camilo, Che, Almeida, Fidel, Raúl y sus compañeros de lucha…”5.

Referencias Bibliográficas

  1. Constitución de la República de Cuba. –Preámbulo; 2019.
  2. Raúl Castro Ruz.- Discurso pronunciado en el acto político cultural por el 60 Aniversario del triunfo de la Revolución Cubana; Granma 1ro de enero de 2019.
  3. Miguel Díaz Canel Bermúdez.- Discurso pronunciado en la clausura del Segundo Período Ordinario de Secciones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Granma 2 de diciembre de 2018.
  4. Fidel Castro Ruz.-https://cubayeconomia.blogspot.com/2018_09_28
  5. Miguel Díaz Canel Bermúdez.- Discurso pronunciado en la clausura del Segundo Período Ordinario de Secciones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Granma 2 de diciembre de 2018.

 

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