“El altruismo lo llevamos en la sangre”

“El altruismo lo llevamos en la sangre”

19 marzo, 2021 Noticias 0

Al profesor MSc. Yadir Domínguez Rodríguez, quien imparte clases en la carrera de Licenciatura en Educación–Economía de la Universidad de Camagüey (UC), poco le importó ser alérgico al cloro, polvo y cambio de tiempo, ante la posibilidad de brindar sus manos como voluntario de uno de los centros de aislamiento que posee este institución de educación superior también convertido en casa de valientes.

Todavía cumpliendo hoy con esa bella misión en la que centra sus labores igualmente en la distribución de alimentos e higienización de la residencia, Domínguez Rodríguez cuenta que escuchó las convocatorias para entrar en Zona Roja pero que él acudió por voluntad porque le sensibiliza esta tarea sobre todo por los pacientes, que al igual que varios de sus familiares, presentan patologías que los hacen más vulnerables como la Hipertensión y Diabetes.

“La educación de apoyar a los más necesitados viene desde la casa, aunque literalmente mi familia, especialmente mi mamá, puso el grito en el cielo cuando les comuniqué que apoyaría al personal de salud en Zona Roja. Sin embargo, muchos de mis familiares siempre han cumplido con tareas de alto impacto y esa fue la explicación para convencerlos. El altruismo lo llevamos en la sangre”, comentó en entrevista vía Facebook, este joven secretario general de uno de los núcleos del Partido en la UC.

Asumir como voluntario en la atención a pacientes aislados o con Covid-19 es una labor de mucho peligro, valentía y solidaridad, de la que siempre nacen anécdotas bonitas pero también difíciles, sobre las cuales comentó este joven que hoy transita por el proceso de formación doctoral y es amante del béisbol cubano y seguidor acérrimo de los Toros de Camagüey.

“Una buena experiencia resultó sentir ese agradecimiento de las personas cuando nos ven llegar todos jornada tras jornada con la alimentación y las explicaciones que les damos para calmar su tristeza, desesperación y ansiedad  que lógicamente a veces los llevan a que en ocasiones exijan que se les supla  más que las necesidades de primer orden y que están al alcance de los voluntarios y en general del personal que trabaja en el centro de aislamiento”.

“Por ejemplo, hay veces que las personas piden que les traigamos ventiladores y comida, cuestiones muy peligrosas y que no pueden llevarse a cabo por las medidas extremas de higienes establecidas, y que únicamente bajo la autorización de la dirección del centro, se les permite entrar, para los niños, paquetes de sorbetos y galletas, productos bien desinfectados con soluciones de cloro”.

Siguiendo los pasos de su familia, no es la primera vez que Yadir Domínguez Rodríguez se enrola en tareas de impacto, pues también estuvo movilizado en Puerto Piloto, cuando ese poblado camagüeyano recibió los fuertes embates del huracán Irma. Como bien lo expresó este joven docente, el altruismo corre por sus venas, y ahora viaja en su noble e importante labor dedicada al cuidado y protección a los enfermos de Covid-19.

Por: Alexei Nápoles González

Fotos: Cortesía del entrevistado

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