Flexibilidad organizacional en las empresas cubanas: pura estrategia

Pensar en una entidad capaz de adaptarse, es pensar en tiempos de fortaleza, de resiliencia y, también, de agudeza; pero pensar en una entidad flexible, que se proyecte en aras de la consecución de sus objetivos, con actitud, proyección y planeación estratégicas es, cuando menos, el futuro. En términos más institucionalizados, pensar y trabajar para que una organización sea flexible, significa ver más allá de lo inmediato y, por consiguiente, brindarle una herramienta más para aumentar su capacidad de ser eficiente, en tanto responde a su objeto social.
Desde la Universidad de Camagüey -impulsora continua de estudios que tributan al desarrollo de diversos sectores- se emplea el término antes acuñado para encauzar propuestas que, desde las ciencias económicas, buscan optimizar los procesos a nivel empresarial. En este sentido, la investigación “Diagnóstico por niveles de la flexibilidad organizacional en empresas cubanas. Estudio de caso: Empresa de Recuperación de Materias Primas de Camagüey”, aporta disímiles beneficios a esta rama de la sociedad y responde al Programa Sectorial Educación Superior y Desarrollo Sostenible. A propósito, nos comenta el Master en Administración de Negocios y profesor auxiliar, Joel Corpas Rodríguez, investigador líder del estudio:
– Esto es parte de un proyecto anterior. Con él logramos crear un mecanismo para desarrollar Encadenamientos Productivos Locales (EPL). Uno de sus resultados nos demostró que era necesario gestionar el conocimiento en la formación de esos EPL, en tanto es también necesario que los decisores tengan conocimientos y habilidades que les permitan crear estas entidades en los territorios. A partir de ahí se identificaron cuatro grandes factores que inciden en ello: el conocimiento, las estructuras, la gobernanza popular y las estrategias de capacitación o formación. En mi caso, estudio el componente estructural.
Desde el punto de vista teórico, se tiene definido que estas estructuras se crean en forma de redes, y dentro de ellas hay un elemento que puede frenar o potenciar su formación: la flexibilidad con que se puedan mover los componentes dentro de esa red.
Así pues, esta investigación es el resultado de una primera aproximación a una herramienta que permita medir el nivel de flexibilidad de una de esas células. Esto se mide desde dos aristas: una es la capacidad interna para ser flexible; y otra, la misma capacidad, pero medida en función de cómo interactúa al integrarse con otras células, como conjunto.
– ¿En qué consiste la actual propuesta?
– Esta es una metodología donde, desde un grupo de identificadores definidos -y validados por criterio de expertos-, evaluamos el nivel de flexibilidad que tiene determinada organización o unidad, en dependencia de dónde se aplique. Hay un grupo de indicadores fijos, para todos, y otro, con los que se aplican según el tipo de actividad de la empresa en cuestión.
Puedo decirte que designamos tres grandes grupos, que miden componentes de tipo económico, tecnológico y humano. Podría mencionarte, entre varios indicadores, el nivel de liquidez de la empresa, el nivel de uso del capital financiero en acciones estratégicas, y la polivalencia de los trabajadores, por ejemplo. Quiero enfatizar en que la flexibilidad es un factor eminentemente estratégico, y en aras de su mejor diagnóstico, empleamos también indicadores de tipo cualitativo que sabemos influyen en las mediciones y, evidentemente, en la capacidad de la empresa para actuar flexiblemente o no.
– ¿Qué necesidad hay de un estudio como este?
Los EPL garantizan los sistemas productivos locales en un territorio, y así permiten su autoabastecimiento, no solo alimentario, sino en todas las ramas posibles. La necesidad está dada porque el estudio constituye una forma de gestión que parte de la gobernanza popular y que busca cumplir con las políticas establecidas en cuanto al autoabastecimiento municipal, el desarrollo de las fuerzas productivas allí y en cuanto a los mecanismos de participación popular. Lo que se busca es flexibilizar esa organización y que en ella participen todos los componentes de la sociedad que tienen algún nivel de impacto, tanto clientes y productores, como prestadores de servicios.
Ya habíamos aplicado la herramienta antes, pero escogimos la Empresa de Materias Primas porque notamos que participa en todas las cadenas municipales. Es decir, en todos los procesos en que hay EPL, en algún momento de ese encadenamiento, la empresa funge como uno de los agentes interventores. Es una entidad que funciona como unidad docente nuestra, que mantiene sus puertas abiertas para cualquier proceso investigativo, y, además, es productora y prestadora de servicios a la vez.
Decidimos aplicar el cuasi experimento ahí porque, por su filosofía de trabajo y por el tipo de actividad que desarrolla, cierra ciclos. O sea, tiene la capacidad de reciclar, modifica esos desechos y a partir de ahí, agrega valores, desarrolla nuevas producciones. No olvidemos que participa en los encadenamientos ofertando productos y servicios a las células que los constituyen.
– ¿Qué beneficios tiene aplicar la herramienta?
– Los beneficios de su aplicación se pueden evaluar desde el punto de vista individual, y desde el punto de vista del proyecto al que pertenece el estudio, cuando se une a sus otros cuatro componentes. En lo individual, permitirá a los gestores de los EPL, que son los decisores municipales o territoriales, en dependencia del encadenamiento, evaluar el nivel de flexibilidad del EPL y si posee la capacidad de responder a lo que el entorno y el gobierno le están solicitando. Desde el otro punto de vista, pues le facilitará al o los gestores, a partir de la gobernanza popular, gestionar [valga la redundancia] dichas entidades.
En estos momentos se está trabajando en la formación de un EPL en la UEB “Estrella Roja”, de la Empresa Pesquera Camagüey, en la presa Jimaguayú, del municipio Vertientes. Allí se trabaja para que, a partir de la producción de peces de agua dulce, se pueda desarrollar un encadenamiento con otros actores del territorio, para lograr niveles de producciones alternativas dentro de la propia entidad. Así no será necesario mover los peces desde allá hasta el municipio Camagüey y, además podremos darles participación a los pobladores, integrar células diversas, hacer que el alimento se quede en el territorio y generar fuentes de empleo, entre otros beneficios.
Este es un ejemplo, con un precedente dado por la producción de queso y leche de cabra, funcionando como encadenamiento en Jimaguayú, evaluado también. Quiero comentarte que también estamos laborando en la conformación de uno en Najasa, a nivel municipal, liderado directamente por el intendente del municipio y enfocado en la producción agropecuaria.
– Para finalizar, ¿cuáles son los retos y principales limitaciones en la implementación del estudio? ¿Cuánto queda por hacer?
– Los principales retos van en dos direcciones: como parte de un proyecto de investigación, el basamento científico-teórico todavía está en proceso de validación. Por tanto, como constructo científico, pueden existir elementos de la investigación que debamos reevaluar y revalidar y que, en algún momento, pueden llegar a frenar o ralentizar el desarrollo de esos resultados.
También afecta el nivel de conocimiento de los decisores, por eso el proyecto va exactamente hacia la gestión del conocimiento para ese mecanismo. Es que, en los territorios, aunque se ha logrado concientizar acerca de los proyectos de desarrollo local, de los EPL, y la importancia de esta visión, hay pocas o nulas experiencias en la práctica -desde los territorios- para lograr verdaderos encadenamientos de este tipo. La lógica de ellos va hacia la complementariedad de un producto, servicio o bien social, y todavía cuesta trabajo hacer que lo asuman e implementarlo.El otro gran reto que tenemos es la actual situación económica del país, pues la falta de muchos recursos limita en alguna medida el desarrollo de estas actividades. No obstante, vale destacar que es una amenaza que los EPL convierten en oportunidades: al realizarse los diagnósticos a nivel de encadenamiento, se determinan los vacíos. Estos, en muchas ocasiones, se deben a la falta de algún tipo de recurso, y para solucionarlo, se van creando nuevas células que buscan garantizarlos.
Por consiguiente, la red se va extendiendo más, con la aparición de nuevas figuras para cubrir esos vacíos. Es que la propia red tiene la capacidad de reaccionar, de ahí viene su flexibilidad.
Por: Osleydis Pérez Ferriel
Fotos: OPF y tomadas del perfil de Facebook de ERMPCMG