La Química entre enseñar y hacer ciencia

Cuba posee excelentes químicos, con estudios de alto impacto en el desarrollo de la nación. Uno de ellos, el Dr. C. Enrique Ramón Molina Pérez, ha dedicado más de cuatro décadas a esa Ciencia y, aunque formado en instituciones extranjeras y del país, enseña esa especialidad y ostenta resultados relevantes en su quehacer desde la Facultad de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Camagüey (UC).
El profe Kike, como acostumbran a llamarlo, mereció por su brillante carrera en esta rama del conocimiento el Premio Nacional de Química, que concede desde 1998 la Sociedad Cubana de Química y del cual asegura es el galardón más amado porque resume muchos años de esfuerzo, entrega y pasión por esa área del conocimiento.
¿Cuándo comienza su inclinación por la Química?
Inicia en mis estudios preuniversitarios y al terminar el Doce Grado, me otorgan la licenciatura en esa especialidad en la antigua Unión Soviética, específicamente en la Universidad Estatal de Odessa, en aquel entonces República de Ucrania. Al regreso me ubican en la UC y allí he impartido asignaturas como química general, orgánica y la bioquímica. Posteriormente me gradué directamente del Doctorado en Ciencias Química con doble titulación desde la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas y la Universidad de Santiago de Compostela, España.
-¿En cuál campo centra sus investigaciones?
-Fundamentalmente en el desarrollo de estructuras híbridas, inspiradas en la naturaleza y obtenidas a través de la síntesis o semi-síntesis, con aplicación potencial en la línea farmacológica y el uso de técnicas computacionales tradicionales y la Inteligencia Artificial, en colaboración con prestigiosos especialistas de esa rama en la universidad agramontina.
-Usted ostenta, entre disímiles distinciones, las de la Educación Superior Cubana y del Ministro; así como las órdenes Frank País de Segundo Grado, Carlos J. Finlay y Juan Tomás Roig ¿Qué otros resultados le hicieron merecer el premio?
-También aportaron las autorías de informes técnicos y de resultados finales de los proyectos de investigación que han sido más de 15, internacionales, empresariales, institucionales, territoriales y no asociados a programas. Estos propician la entrada de financiamiento y equipos de alta tecnología para desarrollar las investigaciones e impulsan la formación de máster y doctores, con estancias y becas en instituciones de otros países como la Universidad de Amberes en Bélgica.
“Influyeron además las publicaciones en revistas de alto impacto nacionales y extranjeras, la mayoría con colaboración de 60 o 70 investigadores cubanos y extranjeros; la participación en eventos en Cuba, Ecuador, Bélgica Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, los cuales han fortalecido esta sinergia en el ámbito académico y científico; la presencia en seis sociedades científicas, ocho redes académicas y varias comisiones, en calidad de experto.
Por ejemplo, en Camagüey y con la cooperación de especialistas de otras provincias, abrimos la Red de Colaboración de Plantas Medicinales que crece y permite el encadenamiento con los diferentes actores que tienen que ver con el desarrollo de productos naturales MINSAP, MINAG ATAC, Empresas Provincial de Farmacia y Óptica, LABIOFAM, y las universidades de Camagüey y Ciencias médicas. En esta entidad trabajamos en mejorar los productos que hoy se comercializan, y buscamos otros nuevos para el tratamiento de las afecciones de la salud y el logro de la sanidad de los alimentos.
¿Cuáles son los estudios más importantes en los que participa?
Los que se derivan de un proyecto que lidera el Instituto de Viandas Tropicales de Villa Clara, para la mejora del cultivo del boniato en calidad nutraceútica, o sea, que ese alimento se coseche con componentes que nutran y a la vez curen enfermedades. Además, estamos en un proyecto con el Ministerio de Salud Pública y que dirige la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, para mejorar productos y formulaciones, a partir de la planta medicinal Caña Santa, buscando propiedades que combatan la hipertensión arterial.
Para Kike, no hubiera sido posible ninguno de sus resultados individuales, sin el trabajo de un colectivo de investigadores que lo han acompañado con su talento y hermandad.
Nuestro Grupo Científico nace en 2015 y en 2022 se transforma en el Laboratorio de Biotecnología y Química de las Plantas. Es un maravilloso equipo multidisciplinario, integrado por excelentes docentes-investigadores, formados en diversos programas de maestría y doctorado. Con el aporte de cada disciplina, construimos una cultura de proyecto, como núcleo de cualquier estudio científico e innovación.
Con esa química entre enseñar y hacer ciencia, todo el conocimiento, la experiencia y el amor por esta Ciencia lo inculca el Dr. C. Enrique Molina no solo en estudiantes de pregrado y postgrado, sino también como formación vocacional y orientación profesional en alumnos de enseñanzas precedentes, con el fin de despertar que lo ha llevado a tener una trayectoria profesional relevante y aportar desde la Cultura de la Química al desarrollo y el bienestar de la sociedad cubana.
Texto y fotos: Alexei Nápoles González