Capablanca, ajedrecista innato
“Se aprende más en los juegos que se pierden que en las partidas que se ganan”, y pareciera, que esta frase, está escrita de hoy, como lección de las circunstancias, como enseñanza de pandemia. Es tan vigente que asociarla a José Raúl Capablanca nos sabe distante al cabo de sus 79 años de muerte.
La máquina invencible, como se le conoció por muchos, fue un cubano nacido en el siglo XIX considerado desde muy pequeño niño prodigio. Su talento natural para el ajedrez le confirió en toda su carrera un acumulado de 318 victorias, 249 tablas y 34 derrotas.
Hijo del comandante del ejército español José María Capablanca y Doña María Graupera recibió siempre una educación correcta y culta, su saber en el ajedrez lo obtuvo viendo jugar a su padre al cual derrotó con solo cuatro años de edad en el 1892.
Gana el título Campeón de Cuba a los 13 años cuando vence al Maestro Juan Corzo y Príncipe, momento desde el que comienza a participar en diversas competiciones situándose con 23 años como Campeón Panamericano.
Va a estudiar a los Estados Unidos de Norteamérica donde ingresa en la Universidad de Columbia en ingeniería Química a la que solo asiste los dos primeros cursos debido a su pasión por el Juego Ciencia. Visita constantemente el Club de Ajedrez de Manhattan y luego recorre todo el país consagrando su vida entera a este deporte.
En el año 1921 se celebra en la Habana el Campeonato Mundial de Ajedrez donde Capablanca se lleva el galardón (1921-1927). Su carrera fue muy prolífera, aunque tuvo derrotas, los logros de Capablanca recorrieron cada rincón del orbe, obtuvo victorias sobre grandes ajedrecistas como Jacques Mieses, Emmanuel Lasker y otros magnos de su tiempo.
La última comparecencia oficial del Gran Maestro fue en las Olimpiadas de Ajedrez de la Federación Internacional, celebradas en 1939 Buenos Aires, Argentina, donde dominó con el primer tablero del equipo Cuba, cerrando así su célebre historia pública, resultados que llevaron al yugoslavo Gligoric a expresar su sentir: Capablanca sabe, los demás ensayamos.
El legado del ajedrecista no queda en el mero recuerdo de la fecha, en Cuba hay creada una Revista Científica de Ajedrez “Capablanca”, publicación de carácter científico-académico que pretende contribuir al progreso de la familia del ajedrez especialmente en la Isla y en Latinoamérica, sus contenidos están enfocados en los beneficios educativos y terapéuticos, así como en la teoría y metodología del entrenamiento.
Además, en su homenaje se efectúa en la Habana desde abril de 1962 el clásico Torneo Capablanca in Memoriam, prestigioso desafío considerado el más importante en la mayor de las Antillas del cual han salido decenas de jugadores Gran Maestro, alrededor de 100 calificados como Maestros Internacionales y cerca de una decena como Grandes Maestras femeninas.
Por: Elena Rosales Caballero (estudiante de Periodismo)
