Ana Betancourt de Mora: una mujer emancipadora

Ana Betancourt de Mora: una mujer emancipadora

14 enero, 2023 Crónicas 0

En las luchas por la emancipación de la mujer en Cuba destaca una figura camagüeyana considerada pionera en esta tarea, quien naciera el 14 de enero de 1833: Ana Betancourt de Mora.

Es una mujer íntegra, formada en un hogar ilustre de Puerto Príncipe, la sexta hija de Diego Betancourt y Ángela Agramonte y Aróstegui que contrajo matrimonio el 14 de agosto de 1854, Ignacio Mora Pera, quien llegara a ser Coronel del Ejército Libertador y contribuyó con su formación, incentivándola a ampliar sus conocimientos y a formar parte activa de las tertulias organizadas en su vivienda. Así, ella aprendería de forma autodidacta los idiomas inglés y francés,  además de gramática e historia. Esas mismas reuniones fueron utilizadas por quienes las integraban para dar forma a la idea de la independencia de Cuba.

Al iniciar las gestas en 1868, su esposo se suma a la guerra y ella convierta su hogar en refugio para perseguidos; almacena víveres, armas y pertrechos de guerra. Además crea proclamas que circularon tanto en la ciudad, como entre los mambises y fue designada agente del Comité Revolucionario de Camagüey. Alertada de una orden de aprehensión contra ella, huye a la manigua y se reúne con Ignacio.

Sus palabras vibran en los días de la Asamblea Constituyente de Guáimaro, al presentar una petición a la Cámara el 14 de abril de 1869: Ciudadanos, la mujer en el rincón oscuro y tranquilo del hogar esperaba paciente y resignada esta hora hermosa en que una revolución nueva rompe su yugo y le desata las alas. Aquí todo era esclavo; la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. Llegó el momento de liberar a la mujer.

De aquel ímpetu revolucionario de la joven camagüeyana y sus palabras ante la Asamblea y el pueblo, José Martí escribiría: “… la elocuencia es arenga, y en el noble tumulto, una mujer de oratoria vibrante, Ana Betancourt, anuncia que el fuego de la libertad y el ansia de martirio no calientan con más viveza el alma del hombre que la de la mujer cubana”.

Su andar en la manigua junto al esposo, corrigiendo textos y redactando manifiestos del periódico El mambí, continúa hasta que el 9 de julio de 1871, Ana Betancourt fue capturada y hecha prisionera. Por 90 días sufre el asedio enemigo, atada a una ceiba, se niega a convencer a su esposo de que se rinda, aún bajo amenaza de muerte no cede, con valentía e integridad incuestionables.

Finalmente, una noche logró fugarse y luego abandonar el país. Los años de lucha, el exilio y el dolor por la muerte de Ignacio terminaron lacerando su salud. Empleó sus escasas energías en organizar y alentar la Revolución, llegando a entregar los pocos fondos de los que disponía para la nueva gesta. El 7 de febrero de 1901, justo cuando se preparaba para el regreso a la Isla, falleció a causa de una bronconeumonía fulminante. Actualmente, sus restos reposan en Guáimaro, donde un día alzara su voz en proclama por los derechos de todas las cubanas.

Como le dijera Carlos Manuel de Céspedes, quien después de escuchar su discurso, se le acercó y la abrazó: “El historiador cubano, al escribir sobre este día decisivo de nuestra vida política, dirá cómo usted, adelantándose a sus tiempos, pidió la emancipación de la mujer”. Ana Betancourt de Mora había ganado un lugar en la historia.

Este 14 de enero recordamos con especial connotación a esta gran camagüeyana, no solo por su gesta en defensa de las féminas cubanas y su papel en la historia sino también para resaltar la fecha de su nacimiento, que por muchos años estuvo marcada por un error histórico. Así homenajeamos hoy a Ana María de la Soledad Betancourt Agramonte, considerada pionera en las luchas por la emancipación de la mujer en Cuba.

Por: Adary Rodríguez Pérez

Más información en:

https://www.juventudrebelde.cu/index.php/cuba/2016-02-05/la-adelantada

 

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