Mujeres invencibles desde la polivalencia y el ejemplo

Ser mujer, madre, profesional, docente en una Universidad y líder sindical, es una mezcla de roles que se torna difícil pero que logran muchas mujeres cubanas, entre ellas Yurislendy Cedeño Acosta y Kilmara Ana Fernández Cabeza, dos profesoras de la Universidad de Camagüey (UC) “Ignacio Agramonte Loynaz”, quienes honran con su ejemplo la férrea voluntad emprendedora de las fuerzas femeninas.
“Esa polivalencia resulta bien complicada. En mi caso a pesar de haber empezado joven como dirigente sindical ya tenía dos niños, sin más ningún familiar aquí en Camagüey como apoyo, pero sí conté con la ayuda de otra gran familia: mis compañeros de trabajo”, confiesa Yurislendy, quien labora como profesora de la carrera Licenciatura en Educación Primaria.
Ella también dirigente Sindical de la Facultad de Ciencias Pedagógicas hace cinco años y confiesa que “es un gran sacrificio, porque hay que tener mucho sentido de pertenencia y respeto por cada trabajador. Además, sumémosle los quehaceres del hogar, la educación de los niños, su escuela, la vida cotidiana y a la vez sacrificarte y prepararte para el próximo día enfrentarte a un nuevo grupo de estudiantes e impartir con calidad las clases”
Por su parte, Kilmara, quien está al frente de la Sección Sindical de la Facultad de Construcciones, cuenta que ser dirigente “significa un reto porque hay que lidiar con personas con diferentes puntos de vista, expectativas y criterios, personas con más edad, experiencia y cargos importantes en el centro, entonces yo como mujer tener que sobrellevar todo eso en el día a día para lograr un objetivo en común que es que mis trabajadores se sientan complacidos todo funcionen lo mejor posible”.
“Es bonito y complicado cumplir con esas funciones organizativas y al mismo tiempo con las actividades laborales a la hora y el momento que nos los exijan; así como del hogar, pero lo podemos lograr porque la mujer es un corazón abierto para todo y ello le ha hecho ganarse el espacio que siempre debió tener en la sociedad”.
Al margen de los sacrificios que conllevan todas estas funciones, ambas profesoras, aseguran que han sido muchos los beneficios y el desarrollo profesional y personal que han alcanzado.
“El principal crecimiento que he experimentado es la preparación recibida en este centro de educación superior, la unidad de los compañeros de trabajo. Disfruto mucho poder superarme y defender mi labor en la educación cubana y poder entregar en cada jornada mi amor y profesionalidad a mi grupo de estudiantes como ellos lo merecen”, refiere Cedeño Acosta.
“He aprendido a ser mejor persona porque sobre la marcha de cada tarea sindical, docente o personal, he ayudado a varios trabajadores a superar dificultades que se presentan es un reto interactuar con ellos, satisfacer sus necesidades y las del colectivo laboral en general, y eso fortalece nuestro desempeño personal”, cuenta Fernández Cabeza.
Ante la presencia mayoritaria de mujeres en las candidaturas para la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en Cuba, estas dos flores de la educación superior camagüeyana también opinan:
“Que suceda algo así muestra la virtud, el profesionalismo, el respeto que tenemos las mujeres cubanas por el pueblo y cuánto influye en el desarrollo de la sociedad. Es verdaderamente algo hermoso que en pleno siglo XXI todavía no se puede ver en otros países, demuestra que la mujer tiene un gran valor y puede representarnos en cualquier instancia, defender su derecho, dar el ejemplo y participar en cualquier tarea asignada”, explica Cedeño Acosta
Tener muchas mujeres como candidatas a diputadas a la ANPP es un paso importante para continuar eliminando la sociedad machista. Nosotras estamos nosotras enfrentando todos esos perjuicios y dificultades existenciales que pueden surgir en nuestra vida laboral y personal, y demostramos que sí podemos y podemos por más”, dijo Fernández Cabeza.
En uno de sus brillantes discursos, Fidel Castro expresó: las mujeres constituyen un verdadero ejército al servicio de la Revolución… Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, estos pueblos son invencibles, y la mujer de este pueblo es invencible”. Yurislendy y Kilmara son de esas damas de hierro que nada las derrota, que brillan por su ternura generosa y ejemplo ante la sociedad.
Por: Alexei Nápoles y Osleidys Pérez
Fotos: A.N.