Integrar experiencias para el desarrollo local

La Universidad de Camagüey ayuda a que los procesos de gestión de conocimientos e innovación constituyan una pieza clave en el desarrollo territorial de cada municipio. Con este propósito, los profesionales que trabajan en esta rama integran sus experiencias creativas a las asesorías, consultas y productos que brindan.

En aras de acercar la academia a las nuevas prácticas de la economía cubana en este sentido, El MSc. Santos Pineda Zamora, a cargo de la Dirección de Desarrollo Local de nuestra UC, también encabeza un proyecto que -según sus palabras- ayuda a crear bienes y servicios que generen empleos e ingresos en las localidades. Al respecto, conversó con esta reportera:

– ¿Qué es GESIDEL?

– GESIDEL significa Centro de Gestión de Soluciones Integrales para el Desarrollo Local. Es un proyecto de desarrollo local, que, atendiendo a su naturaleza, adopta la modalidad de Económico-Productivo. Estamos fundamentalmente dirigidos a potenciar la producción de alimentos con destino al consumo interno; contribuir a las exportaciones, a la sustitución de importaciones y flujos monetario-mercantiles al interior del territorio y generar encadenamientos productivos. En el caso que nos ocupa, el proyecto funciona como una consultoría.

Buscamos perfeccionar el rol de las entidades estatales y no estatales, e incubar actores económicos en el territorio, para facilitar dichos encadenamientos.

– ¿Qué necesidad existe de crear un proyecto de este tipo?

– En lo particular, la Universidad de Camagüey, a través de sus procesos sustantivos, ha contribuido a los objetivos planteados por el MES en lo referente al desarrollo local. En la actualidad, se ha planteado como prioridad, para este año 2023, perfeccionar la política científica, desde la consolidación de los 8 programas de innovación. Sin embargo, se necesita una mayor integración de los procesos sustantivos de la institución, y a su vez ofrecer servicios profesionales de consultorías que logren un mayor impacto en el desarrollo económico y social del territorio, de manera más inmediata, integral, eficiente y eficaz.

Por otro lado, la creación del proyecto obedece también a la implementación de la política para impulsar el Desarrollo Territorial, la cual ha institucionalizado el proceso para la gestión estratégica del desarrollo territorial en Cuba. Creo que es preciso fortalecer las capacidades de los actores-agentes del desarrollo a escala local, pues tenemos arraigada una fuerte tradición centralizadora que genera cierta carencia de fórmulas horizontales de integración de los actores locales.

Así pues, la necesidad de crear un proyecto de este tipo se fundamenta en dos sentidos: primero, en la necesidad de institucionalizar mecanismos dentro de las universidades cubanas que perfeccionen su contribución al desarrollo local con nuevos paradigmas; segundo, la inmediatez de ofertar servicios profesionales integrales, de consultorías especializadas, para gestionar estratégicamente el desarrollo territorial, y perfeccionar la gestión de los nuevos actores económicos en su encadenamiento productivo y los servicios.

– ¿Cuáles son las principales acciones que se generan desde el proyecto?

– Algunos de nuestros objetivos específicos están dirigidos a ofertar servicios de consultorías integrales tales como: consultoría estratégica, económico contable y financiera; marketing y comercialización, estrategias de comunicación, entre otras. También, generar capacidades para la incubación de los actores económicos locales, a través de la identificación de emprendimientos, innovaciones, oportunidades de crecimiento organizacional de los nuevos actores y su conexión con potenciales encadenamientos productivos a la economía nacional. Aspecto, este último, que distingue al proyecto, en su labor de integrar la experiencia de los CUM y las facultades.

– ¿Cuáles han sido las dificultades más notorias a las que se han enfrentado? ¿Cómo podrían solucionarlas?

El proyecto, desde su concepción, identificó posibles aspectos que pueden poner en riesgo su viabilidad y sostenibilidad. Por ejemplo: la posible fluctuación de los docentes del centro, expertos en evaluación de proyectos de inversión y desarrollo, además del área de la Dirección Desarrollo Local. Por otro lado, han existido insuficiencias en la materialización de los convenios de trabajo con las diferentes áreas de la Universidad y los CUM para la contratación de los docentes en la prestación de servicios.

Atendiendo a las dificultades antes identificadas, hemos planteado desarrollar el proyecto en tres etapas, en función de nuestros objetivos específicos. Esto implica que los ingresos por servicios se irán incrementando paulatinamente en la medida que se gane en organización, capacidad de gestión y en reconocimiento por parte de clientes.

De igual forma, se proyecta establecer convenios de trabajos con las facultades y áreas vinculadas con la actividad de ciencia y técnica, para que sus profesores, estudiantes y personal administrativo participe como experto en la ejecución de los objetivos propuestos en el proyecto. Sobre todo, con la Facultad de Ciencias Económicas y los CUM en el proceso de incubación de emprendimientos de los actores económicos locales.

– En tiempos donde se aboga por una mayor autonomía en la gestión económica desde los territorios, ¿hasta qué punto incide GESIDEL en la asesoría a sus clientes? ¿cuándo termina ese vínculo?

– Hasta que los procesos de gestión de conocimientos e innovación constituyan una pieza clave en la gestión estratégica del desarrollo territorial en cada municipio de la provincia. Es un proceso de mejora continua. Es decir, inicia con un servicio, pero continúa con el desarrollo de acciones de capacitación, que garanticen la formación del potencial humano que necesitan los municipios. Así podremos contribuir a su educación permanente, su actualización sistemática y el perfeccionamiento de sus actividades profesionales en la gestión estratégica del desarrollo territorial.

Por Osleydis Pérez Ferriel.