Tres mosqueteras por la vida

Tres mosqueteras por la vida

8 marzo, 2021 Noticias 0

Una mujer es ternura, belleza cariño y dedicación, pero también cuando es necesario fortaleza, voluntad, valentía, firmeza; y así son también tres jóvenes estudiantes de la Universidad de Camagüey (UC) “Ignacio Agramonte Loynaz” que pasarán un 8 de marzo diferente pero orgullosas y entregadas a la tan noble y peligrosa misión de entregar vida a la vida en Zona Roja.

Doraine, Daimara y Daileny son las valientes que laboran desde el pasado lunes en uno de los edificios de la UC que funciona como Centro de Aislamiento para pacientes confirmados con la Covid-19. Allí, orgullosas de tan noble y peligrosa misión las muchachas distribuyen alimentos y se encargan desde bien temprano de las labores de limpieza e higienización de los locales y pasillos.

Daimara, Dayleni y Doraine, de izquierda a derecha.

 “Decidí entrar luego de conocer la convocatoria de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y consciente de la necesidad e importancia de esta tarea no dudé ni un segundo en dar mi disposición” nos cuenta Daimara Mustelier Casola, profesora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y quien cursa su segunda carrera en Ingeniería Química en cuarto año.

A Doraine Linares Jiménez, estudiante de 5to año de la carrera de Derecho y  Presidenta de la FEU en la UC, es común verla en cada escenario donde se necesite la avanzada juvenil de nuestro país, por lo que al participar por su cargo de dirigente en cada reunión referente a los Centros de Aislamiento y al conocer que la residencia de varones de la sede “José Martí” sería uno de ellos, pues tampoco lo pensó dos veces para ofrecer sus manos y su corazón.

La tercera de estas guerreras solo escuchó el llamado de su presidenta de la FEU y cuál sería su papel y bueno, mujer cubana al fin, dio el paso al frente. Daileny Rocamora Núñez, alumna de Ingeniería Mecánica y cadete insertada de la Fuerzas Armadas Revolucionarias también viste de verde y blanco en esta nueva experiencia.

Zona Roja: dos palabras que jamás olvidará este planeta, y que a quienes pisan dentro de ella, le arroja anécdotas alegres y tristes que se cuelan en el corazón, deja huellas de arena y cal, enseñanzas, sentimientos, incluso el contagio y hasta la muerte, pero sobre todo la satisfacción de entregar todo su esfuerzo, desde su pedacito, a cambio de la recuperación de los pacientes

“En uno de los cuartos cuarto hay 3 jóvenes que se ponían contentos cuando le llevábamos la comida pero se quedaban con hambre y desde ese primer día le entregamos en la medida de lo posible alimentos extras y nos han apodado madrinas. Ya conocemos a los enfermos por encima de sus nasobucos y cada uno tiene su sobrenombres: esos muchachos son los “Tres Villalobos”. También está el paciente estrella que tiene muy limpio su domitorio, la gran caminante, los “súper abuelos” y el fortachón solitario”, narra Daimara.

“Mi experiencia más impactante es la del niño Antonhy. Aquí tenemos alrededor de 20 menores de 13 años, pero este en especial siempre está sentado en la ventana con su nasobuco de muñequitos mirando para afuera. Cada vez que veo sus ojitos me reflejan tristeza e imagino cómo explicarle a un niño tan pequeño que no puede jugar o correr, algo que la vida y la Revolución les entregó como derecho. Antonhy es inmunodeprimido y no escatimamos en atenciones para él, en su alimentación, en poder darle siempre algo que le guste y lo coma con gusto. Por eso mi llamado a todos los padres de proteger a nuestros niños ellos son la esperanza del mundo, cuenta emocionada Doraine.

Por su parte, la anécdota de Daileny también aprieta el pecho. “Una abuelita de 90 años siempre nos recibía alegre para entregarle su leche. El día que le vinieron a hacer su PCR la señora estaba nerviosa y su bisnieto para tranquilizarla le pedía que se hicieran una “selfie pues dentro de 48 horas todo terminaría. Lamentablemente en la madrugada la trasladaron hacia un hospital por ser positiva y de riesgo y cuando llegamos al desayuno nadie nos recibió con alegría, había una soledad y tristeza en ese cuarto tan grande que nos contagió a todos, pero hay que seguir siendo fuertes, es necesario.

En una fecha tan especial como este 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer, las jóvenes valientes también elaboraron un mensaje a las féminas. “Enviamos una calurosa felicitación a todas desde cualquier arista de la sociedad que hoy contribuyen a la producción y los servicios pero especialmente a las que están cara cara al COVID-19 combatiendo y evitando que está pandemia nos deje más tristezas y sufrimiento. Les pedimos a todas extremen las medidas, cuiden a sus familiares y amigos y estamos segura que juntos todos saldremos victorioso como siempre lo hacemos.

Doraine, Daimara y Daileny son tres mosqueteras del siglo XXI, de este inicio de segunda década penoso que tiene a un CRONAVIRUS sentado en el trono, pero a muchas mujeres en el campo de batalla para arrebatarle la corona y esquivar la muerte y el dolor. Batas, guantes, caretas, nasobucos, de eso está hecho su uniforme. De instrumentos de limpieza, solidaridad, amor y valentía, el filo y letalidad de sus armas. Su fin: multiplicar vidas.

Por: Alexei Nápoles González

Fotos: Cortesía de la Entrevistada y perfil de Facebook de Contribuyente Agramonte

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