Vacaciones: ¿cómo aprovecharlas al máximo?

Vacaciones: ¿cómo aprovecharlas al máximo?

12 julio, 2023 Cuéntanos Leti 0

¿Sabes cómo disfrutar al máximo de las vacaciones? Seguramente muchos de los lectores responderán “obvio”, y hasta pensarán “que pregunta más tonta”, pero ni lo uno ni lo otro.

No pocos emprenden este periodo con tensiones y estrés. Las razones son varias: las preocupaciones por el trabajo que se queda pendiente, o una asignatura que no pudimos sacar en los finales, incluso la expectación que genera el cambio de rutinas; el caso es que hay quienes les es imposible “tirar el cable a tierra”.

Precisamente, a esto nos referíamos con la pregunta inicial, porque como mínimo te parecerá raro reconocer que se construya el disfrute y el descanso sobre la tensión y el estrés.

No podemos olvidar que las vacaciones son solo un corto periodo de tiempo en el año, por lo que si no nos procuramos un buen descanso y momentos de placer y disfrute, puede ocurrir que perdamos esa energía necesaria para enfrentar el estudio y/o el trabajo posterior. En consecuencia, y con altos índices de probabilidad, puede que nos enfrentemos a la dicotomía de: cuando estemos estudiando o trabajando, pensar “qué ganas de salir de vacaciones” y salir de vacaciones pensando en los pendientes, en las tareas que quedaron por hacer y de las que deberemos ocuparnos cuando regresemos a los estudios o al trabajo. ¡No es saludable!, mucho menos aconsejable.

Si funcionamos así nos ocurren varias cosas, entre ellas vivir en un permanente estrés y no dedicar el tiempo suficiente a las tareas importantes, que son las que realmente nos harán alcanzar nuestras metas.

Por tanto, es útil y necesario cambiar la mentalidad con la que salimos de vacaciones, aprender a “desconectar” de las responsabilidades y sacar el máximo provecho a este periodo que, por regla, siempre resulta poco. Debemos programar y organizar este tiempo como lo hacemos con cualquier otro proyecto u objetivo, paso a paso, dándole la importancia que reviste, ya que es esencial para ganar en bienestar físico y psicológico y para fortalecer nuestro patrimonio vital, es decir, aquellas experiencias y momentos compartidos con otros, la alegría compartida, las salidas, los ratos de conversación intrascendente o profunda e íntima, etc.

Entonces… ¡manos a la obra! para que estas vacaciones sean generadoras de esa energía vital, de esa alegría y esas ganas de vivir que contagia y despierta ilusión en las personas a nuestro alrededor, y que nos permiten retomar el estudio y el trabajo con buen humor y “garras”.

A propósito, te ofrecemos algunas recomendaciones para disfrutar al máximo de las vacaciones y obtener más y mejores beneficios de este periodo:

1- Dispones de un poco más de tiempo. Ahora que la rutina de cada día, las carreras de las mañanas, el trabajo, las reuniones, los estudios, los deberes, los exámenes, cesaron; aprovecha la oportunidad excepcional que nos ofrece las vacaciones para fortalecer los lazos afectivos con la familia y demostrarles todo el amor, respeto y consideración que sientes por ellos. Aquí es sumamente importante tener presente que se trata de pasar de “mi tiempo” a “nuestro tiempo”: reír juntos, escucharlos, dar besos y abrazos en abundancia, tener conversaciones largas y tranquilas sobre cualquier tema de interés, compartir sueños y tiempo de calidad juntos, pasear, descubrir sitios nuevos, etc.

2- Además, las vacaciones son propicias para fortalecer nuestras relaciones sociales y cultivar la amistad. El momento es ideal para acercarnos más a nuestros amigos, sobre todo a esos que durante el curso escolar y/o el trabajo nos es complicado visitar. Podemos planificar actividades en las que hagamos partícipes a nuestros amigos, no sólo en su realización sino en la elección de las mismas.

3- No nos quedemos sentados todo el día frente a las pantallas “devorando televisión” o en internet consumiendo todo tipo de contenido y con “amigos virtuales”. Reservemos espacios para hacer visitas culturales u otras actividades que nos produzcan placer y bienestar emocional como: visitar museos o exposiciones, organizar salidas, paseos en bicicleta, caminatas, o cualquier otro plan que resulte atractivo y divertido para todos los involucrados en él (en caso de ser un plan familiar, tener presente también a los pequeños, es decir, que disfruten de la actividad tanto los niños como los adultos).

4- Realizar actividades al aire libre, en contacto directo con la naturaleza, ¡es la manera por excelencia de “recargar las pilas”! Ir a la playa o al campismo, ir de excursión, acampar, entre otras; claro que en la medida de las posibilidades de cada quien.

5- Si tienes hijos, dedícales un tiempo especial, para que sientan cuánto los quieres y comprendes. Las vacaciones nos aportan un tiempo único para disfrutar de los hijos, para acompañarlos y construir la amistad y la confianza con ellos, lo cual les brinda la seguridad y la autoestima necesaria para ser felices en la vida, porque se saben amados.

6- Simplifica las tareas domésticas. Aunque casi siempre se aprovecha este periodo para realizar tareas que se van dejando y/o algunas reparaciones en el hogar, que estas no nos absorban todo el tiempo.

7- Aprovecha para descansar, comer bien, dormir. Son actividades que, por lo general, se “atropellan” en el día a día del trabajo y/o las clases (nos saltamos los desayunos, o los almuerzos, dormimos poco, etc.). Por ello, las vacaciones son el tiempo ideal para consentirnos un poquito y, de paso, cuidar de nuestra salud psicológica.

8- También son el momento oportuno para hacer deportes y mantenernos activos físicamente, ya sea ir al gimnasio o practicar ejercicios en casa, correr o caminar en las mañanas (para que el sol no nos agote tanto), o hacer yoga. La excusa de que no tienes tiempo no te sirve de mucho aquí. Ahora lo tienes, entonces… ¿por qué no aprovecharlo en actividades que, además, nos proporcionen salud y bienestar?

9- No hay por qué dejar de lado el conocimiento como si de una enfermedad contagiosa se tratara. Tampoco es que el periodo estival antagonice con el aprendizaje y las actividades intelectuales, sólo que el tiempo dedicado a éstas debe ser delimitado _para no caer en excesos y, en consecuencia, se conviertan en una fuente de tensiones y estrés_, válida la recomendación sobre todo para aquellos a los que les es difícil relajarse y “desconectar”. Leer, comenzar a aprender un nuevo idioma, hacer crucigramas, sudokus, rompecabezas (así incluimos a los peques), juegos de lógica, etc., son algunos ejemplos de actividades que podemos realizar en las vacaciones para “mover las neuronas” y mantener activo nuestro cerebro.

No improvisemos las vacaciones, pero principalmente, no iniciemos este valioso periodo de tiempo cargando “exceso de equipaje”: los problemas del trabajo o la casa, las preocupaciones, los pendientes, la rutina… dejémoslos en su sitio que “no caminan solos”, todo eso estará allí cuando regresemos a nuestras rutinas. Dediquemos este tiempo a las cosas importantes: la familia, los hijos, los amigos, uno mismo. Si así lo hacemos, si aprovechamos al máximo las vacaciones, créame que el beneficio que obtendremos para nuestro desarrollo personal y en nuestra salud, nos impresionará.

Por: Leticia Pastorrecio González, psicóloga de la Dirección de Comunicación Institucional (UC)

 

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