Ellos llevaron con las letras, la luz de la verdad
Un Encuentro Generacional con profesores y jubilados de la Universidad de Camagüey que participaron en la Campaña de Alfabetización, con motivo del 60 aniversario de esta proeza que erradicó el analfabetismo en Cuba, permitió disfrutar de muy bellas historias y anécdotas sobre el cumplimiento de esa hermosa misión que facilitó el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita.
Alumnos y docentes de esta institución conocieron en la voz del profesor Armando Bejerano, todas las peripecias y alegrías que vivieron aquellos jóvenes hasta de 13 años de edad para lograr enseñar a firmar, leer y escribir a cubanos que vivían por lo general en las zonas más intrincadas de esta isla, historias que este educador recopila en uno de sus libros.
“La Campaña de Alfabetización fue para mí una gran escuela, y siempre que me entrevistan o me quieren entregar un reconocimiento digo que las primeras medallas deben dársela a nuestros padres, a los que les fue muy difícil ver cómo bien jóvenes, hombres y mujeres marchábamos hacia zonas rurales a enseñar en condiciones muy precarias”, refirió Bejerano.
“Para dar mis clases tenían que ir a 6 casas acompañado de un perro, y en mi caso alfabeticé a 16 personas, una de ellas una señora de 85 años, en un caserío ubicado a 7 kilómetros de la costa de Santa Cruz del Sur uno de los tantos lugares donde en Cuba se vivía en el Siglo XIX por la extremada pobreza del sitio y sus habitantes”, contó otro alfabetizador, el Dr. C Jorge Luis Varona.
“Fue, sin dudas, una época de héroes y mártires, en medio de un contexto histórico concreto muy difícil, con los bandidos asediando a campesinos y milicianos, y sin embargo muchos dejábamos prácticamente la niñez en el pupitre, pero sentimos gran orgullo y felicidad por haber cumplido tan bella misión”, agregó.
Alfabetizadores de la universidad de Camagüey que llevaron a toda Cuba con las letras, la luz de la verdad, que 60 años después aún disfrutan, lloran y recuerdan la Campaña al cantar el Himno de la Alfabetización, seres humanos que pudieron perder la vida como los valerosos Manuel Ascunce o Conrado Benítez, maestros voluntarios para quienes su lema siempre será ¡Cuba, Cuba! ¡Estudio! ¡Trabajo! ¡Fusil! ¡Lápiz! ¡Cartilla! ¡Manual! ¡Alfabetizar! ¡Alfabetizar! ¡Venceremos!
Texto y fotos: Alexei Nápoles González
