Homenaje universitario a Agramonte
Son las 8 de la mañana en la Universidad de Camagüey y ante el busto de Ignacio Agramonte profesores y estudiantes se reúnen para recibir el día con un sencillo acto en homenaje a El Mayor en el aniversario 180 de su natalicio.
Agramonte, quien nació en la ciudad de Camagüey el 23 de diciembre de 1841 fue uno de los líderes más sobresalientes de la Guerra de los Diez Años. Se destacó al frente de las tropas camagüeyanas, mando al que renunció por discrepancias con Céspedes pero ante la propuesta del Padre de la Patria, el 13 de enero de 1871 reasume la jefatura del Camagüey deshecho y como bien refirió Fidel Castro en el discurso pronunciado en la velada solemne por el Centenario de la Caída en Combate del Mayor el 11 de mayo de 1973: Les inculcó a los patriotas camagüeyanos su espíritu, su ejemplo, sus extraordinarias virtudes. Y tan pronto tomó el mando, les hizo ver a las tropas españolas que Camagüey tenía capacidad de combate, que Camagüey no estaba desmoralizado, y que Camagüey se preparaba a desarrollar su espíritu de resistencia, que Camagüey se preparaba a llevar adelante la guerra.
Su caballerosidad e hidalguía también se resaltaron en esta jornada, su genio militar, su patriotismo y su virtud, a través de las palabras de Cinthya Ramos Guerra, presidenta de la Cátedra Honorífica “Ignacio Agramonte”, así como la necesidad de seguir su ejemplo, de estudiar su obra como patriota y jurista.
Nadie ha logrado con mayor profundidad captar la esencia de este hombre como lo hizo José Martí en el artículo “De Céspedes y Agramonte”. Recurrimos a sus palabras como homenaje y realce de su inmenso valor humano y patriótico: Por su modestia parecía orgulloso: la frente, en que el cabello negro encajaba como en un casco, era de seda, blanca y tersa, como para que la besase la gloria: oía más que hablaba, aunque tenía la única elocuencia estimable, que es la que arranca de la limpieza del corazón.
Por: Adary Rodríguez Pérez
