Ignacio Agramonte, estrella de Camagüey

Ignacio Agramonte, estrella de Camagüey

23 diciembre, 2021 Crónicas 0

Su estatura excede los centímetros y pulgadas para multiplicarse en quienes lo admiraron en su época y en quienes hoy lo estudian, lo llevan como ejemplo o se enorgullecen de sentirlo su compatriota. Grande por su virtud, aquel hijo de El Camagüey vio la luz el 23 de diciembre de 1841.

El hombre, el caballero que se formó como abogado antepuso a su sueño familiar y a las comodidades del hogar, las necesidades de la patria y atemperó su espíritu a la guerra, aún cuando juraba que luego del triunfo guardaría sus armas para siempre.

Excelente esgrimista y jinete, era el primero en el combate lo que le ganó la admiración de su tropa, imponía con su ejemplo de exigencia personal y entrega.

Y su voz, dulce para elogiar, suave para hablar con su amada Amalia y firme para defender lo justo se tornó recia, mas no autoritaria, para guiar a los mambises y formar una de las mejores caballerías del Ejército Libertador.

Destaca por su ingenio militar, como lo describiera José Martí, “sin más ciencia militar que el genio, organiza la caballería, rehace el Camagüey deshecho, mantiene en los bosques talleres de guerra, combina y dirige ataques victoriosos, y se vale de su renombre para servir con él al prestigio de la ley, cuando era el único que, acaso con beneplácito popular, pudo siempre desafiarla.”

Y cuando los españoles hicieron prisionero  a su brigadier Julio Sanguily solo precisó de 35 hombres para enfrentarse a una caballería  de 120 soldados y rescatarlo.

Valentía y arrojo, virtud y decoro vibraban en él y amor por su Amalia, en aquel del que dijera Martí es como si por corazón tuviera él estrella. Con luz de hombre puro brilla aún El Mayor, Ignacio Agramonte y Loynaz a 180 años de su nacimiento.

Por: Adary Rodríguez Pérez

 

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