Turismo rural comunitario: una apuesta por el desarrollo local

Turismo rural comunitario: una apuesta por el desarrollo local

1 febrero, 2022 Noticias Saber científico 1

¿Cuántas veces hemos pensado en nuevas formas para recrearnos, para apartarnos de la vorágine citadina? ¿Cuántas veces hemos pensado en ir al campo como la mejor opción para reconectar con la familia y reverdecer por dentro? Pues desde el departamento de Licenciatura en Turismo, en la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Camagüey, ha surgido una interesante propuesta para darle camino a los más bucólicos anhelos.

La investigación “El Turismo Rural Comunitario como fuente para el desarrollo local” evidencia lo que ya desde las dos últimas décadas es tendencia internacional: promover este tipo de turismo como una alternativa viable para el desarrollo local, particularmente en áreas rurales periféricas donde las actividades agrícolas tradicionales han venido disminuyendo, o se realizan otras actividades de mayor remuneración. El escenario actual ha demostrado con más fuerza los beneficios que ofrece el turismo en las comunidades rurales y sobre todo nos obliga a verlo con nuevas perspectivas, según afirma Maykel Morales Rod, Lic. en Estudios Socioculturales y autor principal de esta propuesta:

“La investigación se basa en aprovechar el espacio rural como un producto turístico por las potencialidades que tiene, y que consideramos que no se explotan a plenitud. Tenemos varias alternativas, muy diferentes a la masificación que existe en sol y playa -este no es solamente un problema nuestro, sino internacional-, y se han utilizado estas formas de turismo en las zonas rurales como fuente del desarrollo local. Es decir, se establece una cadena donde la producción de alimentos se comercializa hacia las instalaciones turísticas y al mismo tiempo la propia comunidad sirve como un atractivo más para el producto que se está ofertando en ese lugar”.

“Básicamente, el turismo rural es el aprovechamiento de ese espacio en el campo; es aprovechar esa posibilidad que nos da el ir a tomar la fruta directamente de la mata, montar a caballo, ir al río, a pescar… ese tipo de actividades. En Camagüey tenemos la posibilidad y el privilegio de tener lugares muy bonitos, que son entornos rurales y donde las personas aún siguen viviendo de una forma pausada, tranquila, lejos del agobio y el estrés del día a día de la ciudad, y que puede ser utilizado como un atractivo del turismo rural, valga la redundancia”.

-¿Qué modalidades se integran en este tipo de turismo?

Cada modalidad se desprende por las motivaciones que tiene cada uno de los clientes. En este caso está el turismo cultural, donde se ve cómo vive la comunidad, o sea, cómo vive la persona en el campo; el agroturismo, cuando la motivación del cliente es conocer una actividad agrícola específica, y al mismo tiempo hacer turismo y conocer diferentes culturas con prácticas similares a la suya, en algunos casos. Podemos hablar de un turismo de herencia, o genético, como se le conoce en el argot internacional, que es cuando las personas van a visitar a sus familiares y pretenden mostrarle esa herencia, ese pasado, a sus descendientes.

Pudiera hablarte hasta de turismo de desastre u oscuro, pues muchas partes del entorno rural tienen cerca antiguos campos de batalla. Por ejemplo, la visita al memorial de la caída en combate de Ignacio Agramonte, por ser un lugar donde se perdieron vidas. El sol y playa también puede disfrutarse en el entorno rural, porque las comunidades están enclavadas en lugares diferentes. Esto es algo díficil de explicar de un solo golpe, pues de una modalidad se desprenden otras porque son tan variadas como las motivaciones humanas pueden ser.

Este es un estudio que se está estructurando con diferentes trabajos de diploma enfocados en aristas diversas. Abordan diferentes modalidades para ir conformando una especie de agenda que podamos llevar a la práctica en un momento determinado, si nos lo permiten las condiciones epidemiológicas. Como es un área de trabajo multidisciplinaria, nos parece acertado abordarla desde un enfoque cualitativo por ahora. Claro, todo esto es muy incipiente: presentamos nuestro primer resultado ahora. Digo nuestro porque es un trabajo conjunto del departamento. Claro está, pensamos ir ampliando el espectro, en su momento, para llegar a todos los lugares con mayor potencial de la provincia.

-¿Qué actores están vinculados con esta propuesta?

Inicialmente, los actores deben ser las propias comunidades rurales, con el apoyo de delegaciones territoriales del Ministerio de Turismo (MINTUR), el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI); de Gaviota, como principal socio comercial de muchas empresas extranjeras dedicadas al turismo; y los gobiernos locales donde se van a llevar a cabo diferentes tareas, diferentes roles. Estamos aprovechando las nuevas legislaciones que existen para el manejo de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES), lo que facilitaría el trabajo. También la organización cooperativista nos ayuda a fomentar este tipo de actividades, donde este turismo no sería la actividad principal de las comunidades rurales, sino una actividad alterna, en algunos casos, mientras que en otras sí sería la fundamental.

En cuanto a las áreas identificadas como potenciales destinos para el turismo rural, solo se ha trabajo en la base teórica. No obstante, pensamos en lugares cercanos a zonas turísticas, como Brasil, en Esmeralda y Altagracia, en la cabecera provincial, inicialmente. Aún falta seguir buscando porque hay lugares protegidos que se explotan en el turismo de naturaleza en Najasa y Sierra de Cubitas, pero no implican a las comunidades de forma directa, solo con ofertas laborales en esos lugares.

-¿Qué impacto tiene esta propuesta en la localidad donde se ubica el estudio?

El primer trabajo que se hizo fue en la UBPCE “La Victoria 2”, en Altagracia, en las afueras del municipio Camagüey. La investigación fue muy bien acogida por los miembros de la cooperativa. Es un levantamiento del potencial turístico, por tanto, no es un estudio que haya culminado. Terminarlo significaría no solo un resultado científico, sino un ejemplo palpable de desarrollo para y en las propias comunidades rurales.

Considero que todo el concepto de desarrollo local impulsa el desarrollo rural en muchas maneras. Estas comunidades tienen la posibilidad de llevar diferentes formas o de implementar una nueva forma de ganarse la vida -por decirlo de cierta manera- a través del turismo rural. Otro aspecto que nos preocupaba era el desempleo juvenil y la migración de jóvenes en distintos lugares. En este sentido, el aprovechamiento del desarrollo de una actividad turística en estos contextos, ya sea mediante la producción de alimentos para instalaciones hoteleras o de la presentación del lugar, con su cultura, sus tradiciones, como un producto más, podría fomentar el arraigo y evitar estas migraciones internas que afectan mucho a esas comunidades.

De paso, se impulsan sectores deprimidos, como es el caso de la producción de alimentos, especialmente de manera orgánica o en entornos familiares. Esto responde a otras prácticas que se observan en el mundo, como el llamado turismo lento: tomarse las cosas con más calma, disfrutar de una elaboración más detallada y pausada de los alimentos, ver las costumbres culinarias, con los productos lo más frescos posible y de la forma más tradicional posible.

-¿Qué limita actualmente la asunción del turismo rural como una herramienta para el desarrollo?

Lo que más limita el desarrollo de esta actividad es la resistencia al cambio. Esto viene dado por factores subjetivos, nunca objetivos, y mucho menos con la apertura legal que hoy existe en Cuba para el progreso de las MIPYMES, la creación de diferentes formas cooperativas y la producción no estatal. Estas facilidades pudieran ser alternativas. Podría existir cierta resistencia en cuanto a las concepciones que aún permanecen en la población referentes a que las cooperativas solamente son para personas del sector agropecuario, que las pequeñas y medias empresas son solamente para la producción de bienes, no de servicios -que sería el caso del turismo rural-. Posiblemente haya quien no lo vea como un producto turístico basado en servicios.

Fácil es comprender que aprovechar el poder del turismo para impulsar el desarrollo rural mejorará la contribución del sector al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible diseñados por la ONU. Los componentes claves en esta modalidad que se propone son la generación de ingresos a través de microempresas en turismo y en sectores relacionados, la inversión tanto en establecimientos grandes como en pequeños y en infraestructuras afines, la creación de puestos de trabajo, la generación de divisas y diversificación de la economía, especialmente en las zonas rurales y, ante todo, la disposición colectiva para abrazar lo nuevo, lo provechoso. Así, posiblemente, el reverdecer que tanto necesitamos esté más cerca y mejor planificado.

Por: Osleydis Pérez Ferriel

One Response

  1. Maykel Morales Rod dice:

    Las nuevas tendencias deben estudiarse desde varios campos de la ciencias, son multidisciplinarios, y es quehacer desde la universidad brindar estas oportunidades.

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