Cuba necesitaba aquella guerra del 95
El 24 de febrero de 1895 fue uno de esos días que marcaron el devenir histórico de Cuba. Durante mucho tiempo fue creciendo el sentimiento insurreccional contra la colonia española, y en la mente de los cubanos estaban fijadas las aspiraciones que años antes, no se concretaron en la Guerra de los Diez Años.
Este jueves recordamos aquellos acontecimientos, que tuvieron en José Martí al principal organizador y que marcaron el reinicio de las luchas por la independencia de la Isla. Precisamente, la labor del apóstol en la fundación del Partido Revolucionario Cubano (1892) y como redactor del Manifiesto de Montecristi, mostraron el camino de la primera victoria que debía lograrse en esta etapa: el logro de la unidad.
Aunque se repitieron algunos errores del pasado, las acciones del 24 de febrero de 1895, confirmaron la voluntad de un pueblo harto de la esclavitud y decidido a luchar por sus demandas económicas, políticas y sociales; una realidad que se manifestó con varios alzamientos a lo largo del territorio nacional, especialmente en las zonas de Matanzas, Las Villas y Oriente.
Los líderes jugaron un papel fundamental en las distintas regiones. Martí, consciente de ello con antelación, buscó el apoyo de algunos veteranos de la Guerra de los Diez Años y aunque surgieron algunas diferencias de opiniones sobre las acciones, logró la armonía necesaria con Máximo Gómez, como General en Jefe del Ejército Libertador para concretar los levantamientos que decretaron el estallido.
El fracaso del Plan de la Fernandina tras ser descubierto, no impidió que la historia recoja la fecha del 24 de febrero en sus páginas más gloriosas. El hecho que recordamos como “Grito de Baire” marcó el inicio de una guerra necesaria y al mismo tiempo, se convirtió en el grito de la nación entera con una auténtica declaración de independencia.
Por: Enmanuel A. Santos Rodríguez
