Siempre eterno, siempre padre

Siempre eterno, siempre padre

25 noviembre, 2022 Noticias 0

25 de noviembre del 2016. Otra vez el cielo se pintó de gris. Murió Fidel Alejandro Castro Ruz, aquel gigante de múltiples batallas en la sierra, en el llano, en la Patria. Perdimos a aquel coloso del humanismo y la intelectualidad hace seis difíciles años, perdimos al Barbudo Mayor, eterno con su luz, su ejemplo, su visión y legado. Fidel sigue siendo amanecer, semilla, caguairán: padre.

Con la muerte del Comandante en Jefe perdimos a un padre. Sus manos y su pensamiento están detrás de la llegada saludable y gratuita al mundo de cada cubano, detrás del respeto incondicional a los derechos humanos, detrás de los libros y maestros que solo costaron voluntad y esfuerzo profesional, detrás de cada gesto de amor y solidaridad que muchos en esta isla tienen para con los amigos, familiares, provincias, países.

Sí, porque, aunque hizo todo lo posible para prepararnos y que no nos sorprendiera ese desbastador momento de su partida y los posteriores años de su ausencia, el fallecimiento del líder indiscutible de la Revolución Cubana y paradigma para los pueblos de América Latina y el Caribe, nos ha dejado para siempre el profundo dolor que puede sentir un hijo agradecido cuando su progenitor, su modelo, su guía ante la vida y el trabajo, se marcha físicamente.

En el sueño de muchos, como lograron algunos, quedó siempre tener el privilegio de estar bien cerca de su figura en actos, reuniones, congresos, o recorridos en los que estuvo presente; y hasta de compartir con el Atleta Mayor, canastas, partidos del pasatiempo nacional o movidas del Juego Ciencias con el bien llamado Caballo, para aprender de sus habilidades atléticas para sentir como lo hizo por el deporte, por cada uniforme que portaba las cuatro letras.

Muchos hubiéramos querido apretar su mano para que nos transmitiera tanta fortaleza ideológica, política, moral y ética, tantos deseos de hacer con los humildes, por los humildes y para los humildes Muchos hubiéramos querido intercambiar palabras con uno de los mejores oradores que tuvo la humanidad en el siglo XX y XXI, para ganar en capacidad de análisis, inteligencia, cultura y humanismo.

Para sus hijos, como herederos de un padre que enarboló la unidad, el internacionalismo, Fidel es un padre que inyectó la dignidad, el valor, el patriotismo, el sentido de pertenencia, la soberanía y el coraje en las venas de los cubanos, a sus hijos nos queda levantarnos como hacía él ante cada una de las dificultades y como se ha levantado la Revolución, con su guía, frente a miles de adversidades.

Eduardo Galeano catalogó a Fidel como el “caballero que siempre se batió por los perdedores”. Hoy, en tiempos que parecen endurecerse más cada segundo para la mayor de las Antillas, a sus hijos nos urge tomar de su brillante ejército de ideas, coger sus armas fundidas en sensibilidad, amor, visión, inteligencia, humanismo y reconquistar cada día de poquito a poquito la nación. Toca entonces seguir el firme ejemplo de ese caballero, artífice de la política cultural cubana, quien trabajó incansablemente para convertir a su amado país, una isla de hombres cultos y humanos.

Cada fin de año tendrá su matiz triste para los millones de personas que apostaron siempre por los ideales fidelistas pero también crecerá con fuerza la energía de esas multitudes que seguirán más que nunca su ejemplo, su impronta, sus huellas, heredarán su energía, valores y virtudes, para con un impulso vital de presente y futuro mantener todo lo que construyó de manera desinteresada este gran hacedor de victorias y de luchas incansables, un padre que vivirá siempre en el corazón de todos sus hijos.

Por: Alexei Nápoles González

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