Gracias bicampeón

Gracias bicampeón

24 agosto, 2021 Noticias 0

Como también el cubano sencillo, humilde, compartidor y jaranero que es, el campeón olímpico de los 91 kilogramos en Tokio 2020, el boxeador camagüeyano Julio César La Cruz, disertó este martes, más allá del ring, con una clase magistral de amor a su país, compromiso con su deporte y respeto y cariño a su pueblo, en un intercambio que sostuvo con trabajadores y estudiantes de la Universidad de Camagüey.

“La Sombra”, “El Doctor”, “El Capitán”, el primer bicampeón olímpico de esta provincia y uno de los once cubanos que lo ha logrado, recordó en anécdotas cada paso de su carrera escolar y deportiva, cada entrenador, familiar, amigo o persona que ha sido fundamental en su desempeño profesional y en el crecimiento personal.

“Julio confesó que siempre fue un niño travieso y recibió más “cocotazos” en señal de castigo de sus profesores que en tres olimpiadas a las que ha asistido, pero que era inteligente en las asignaturas, un amante de la Historia de Cuba y Universal, de las efemérides y de ese gigante que hoy porta en la pantalla de su celular y saluda después de cada victoria: el Comandante en Jefe Fidel Castro”.

“Yo era malo cuando chama -lo dice una y otra vez y la gente sonríe- soñaba incluso con ser Omar Linares y primero fui pelotero. Luego un entrenador me propuso cambiar al boxeo y en ese entonces jamás pensé convertirme en el púgil que soy porque había muchos de más calidad. La constancia, la responsabilidad, la entrega al entrenamiento, el accionar de muchos profesores y de mi familia en especial mi mamá, han hecho de Julio mejor ser humano y deportista”, dijo el también el cuatro veces dorado en torneos del orbe.

“Juego dominó, “pachangueo” cuando el deporte lo permite, pero sobre todo amo el boxeo, ese es mi hobby, es mi vida, a él me entrego totalmente, pero en cada uno de mis triunfos es primordial el trabajo de todos los entrenadores, desde quienes me descubrieron en la EIDE, del grande Alcides Sagarra, hasta el excelente colectivo de los Domadores de Cuba, encabezado por Rolando Aceval”, aseguró una y otra vez.

De Tokio y el mediatizado y politizado combate ante Enmanuel Reyes narró incontables historias en las que siempre acabó diciendo que a todos los campeones olímpicos y mundiales se respetan y que el Patria o Muerte Venceremos que gritó cuando derrotó al cubano nacionalizado español le nació de allí, del corazón, no se lo impuso nadie.

En ese sentido también agregó: “El pleito fue un buen combate, con un Reyes que ha mejorado como boxeador y psicológicamente lo enfrenté de manera inteligente sin brindarle importancia a la campaña en redes sociales, sin responder a las barbaridades, ofensas y amenazas que me han hecho y todavía hacen. Me concentré en lo que sé hacer: boxear, y sobre todo de riposta, en el dar y que no te den, y allí salió la victoria.

Otros tantos detalles, con chistes a lo cubano, con la sonrisa y la jovialidad que caracteriza al criollo de esta tierra, también brindó sobre la preparación del equipo de boxeo para los Juegos Olímpicos, el excelente resultado del buque insigne y la polémica con los dos árbitros que fueron expulsados del certamen por sus votaciones contradictorias ante los cubanos.

“El Doctor” igualmente confesó que su pleito más complicado en Tokio fue ante el brasileño Abner Texeira, púgil a quien enfrentó en semifinales y que luego de este descanso comenzará su preparación en vistas al venidero campeonato mundial en octubre en el que buscara su quinta corona.

El peso pesado de la Plaza San Juan de Dios en Camagüey, nos volvió a regalar ese “Te amo Cuba”, otra frase que sonó a todo tren tras conquistar el título en Tokio. Aquí en la Universidad de Camagüey, una institución donde se disfruta se siente, se vive con orgullo y cariño cada triunfo de Julio César La Cruz, su cubanía, su enseñanza, su sencillez, su amor a la mayor de las Antillas. Gracias Julio.

Al cierre del encuentro el Dr. C. Santiago Lajes Choy, rector de la UC y Doraine Linares, presidenta de la FEU, entregaron a Julio Cesar La Cruz un reconocimiento a nombre de la comunidad universitaria.

Texto y fotos: Alexei Nápoles González

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *