Desde el amor a la abogacía, por un mundo más justo

Desde el amor a la abogacía, por un mundo más justo

2 febrero, 2022 Noticias 1

Cada 3 de febrero se conmemora el Día Internacional del Abogado, con el objetivo de reconocer la labor de los hombres y mujeres de leyes que trabajan para conseguir la igualdad, la justicia, la seguridad, en la defensa jurídica y protección de los integrantes de la sociedad, en todos los órdenes de la vida.

Hace dos años la joven Claudia María Arzuaga Roquero egresó de la carrera de Derecho en la Universidad de Camagüey (UC) “Ignacio Agramonte Loynaz” y desde ese entonces, labora en el Bufete Colectivo Número 2 como abogada, una profesión que ama por lo noble y digna que resulta ejercerla y en la cual deseaba trabajar desde pequeña.  

“Muchas personas no poseen el recurso económico ni intelectual para poder defenderse ante cualquier cargo que se le impute, por ello, el abogado cumple el papel de interceptor y colaborador ante posibles desventajas que puedan tener determinadas personas. Esta función es vital, sin la presencia de un profesional encargado de hacer cumplir las leyes sería más difícil desenvolvernos en un sistema justo y correcto”.

– ¿Cuánto significó cursar la carrera de Derecho en la Universidad de Camagüey?

-El Derecho es una de las carreras tradicionales con más historia en Cuba y de las favoritas entre los jóvenes. Estudiarla me permitió formarme para colaborar con el bienestar social en defensa de la justicia, representando tanto a personas, como a organizaciones de diferentes índole.

“Cursar esta disciplina no solo permite conocer las leyes y normas que rigen la sociedad, sino que además brinda una importante formación cultural, y aprendemos sobre diferentes disciplinas académicas, prácticas sociales, costumbres, tradiciones y ética. Contribuye a expresarte con excelencia, claridad y utilizar el lenguaje como la mayor arma de tu profesión. Marca una diferencia, en un mundo donde la injusticia es cada vez más común.”

– ¿En qué medida, lo aprendido en clases y en la vida universitaria lo aplicas como abogada?

¿Lo principal? Asumir el compromiso ético de abrazar valores que defienden la vida, la libertad, el honor, el patrimonio, la moral y la igualdad de las personas. Nada puede importar a un abogado más que el triunfo de dichos valores, cuando eso ocurre se ha alcanzado la justicia, que es el objeto más preciado de cualquier sociedad, pues todas las virtudes se basan en ella y esta se basa en la idea del bien y contribuye a la armonía del mundo.

-¿Cuánto te aporta en lo profesional y personal este oficio?

Aporta valores y cualidades distintivas como saber negociar, persuadir y argumentar correctamente. También me ha ayudado a ser organizada, puntual, respetuosa, dedicada, paciente, con carácter. La persistencia es otra gran cualidad que condiciona la abogacía; los abogados estudiosos, analistas, insistentes, son los que triunfan; hay que lograr sobreponerse y continuar por más difícil que sea la situación.

¿Qué es lo más difícil de ejercer en la abogacía?

-Todos te ven como asesor jurídico gratuito, todos te quieren preguntar, como si supieras de todas las materias del Derecho. También es complicado explicar una y otra vez a un cliente que se requieren los documentos originales de cualquier trámite para demandar o ejercer una acción contra alguien. A veces están apurándonos o preguntando a cada rato por su asunto, pero cuando le dices que necesitas que firmen algún documento o se personen, llegan tarde o quieren posponer las citas agendadas.

“A pesar de esto, no me arrepiento, amo mi trabajo, mi carrera, todos los días aprendemos y si hay algo seguro es que todas las personas en algún momento de sus vidas, tendrán que consultar a un abogado, somos necesarios”.

-¿Qué cualidades no pueden faltar en un abogado?

-Lograr acuerdos y dejar a las partes satisfechas con el resultado, es una de las metas más importantes y complicadas del abogado. Es importante tener buenas habilidades de negociación que prevengan movimientos litigiosos de tus clientes que pueden tardar mucho tiempo, costar dinero y minar su autoestima, un buen acuerdo siempre prevalece sobre un pleito engorroso.

“También la profesión requiere estudio constante y humildad suficiente para saber y aceptar cuándo te equivocas, no es malo preguntar si no sabes, es mejor que discutir. Unas cualidades que no deben faltar en el abogado son la construcción de argumentos sólidos y fundamentados, saber convencer a los demás, mostrar inteligencia emocional, tolerancia a la frustración, paciencia, lidiar con el mal humor de las personas, entre otras.”

Cuenta Claudia María que muchas anécdotas positivas han acompañado su labor en estos dos años, como por ejemplo su primer juicio, los fallos favorables y el recuerdo del cariño de sus clientes cuando obtiene resultados positivos y justos en los procesos. Sin embargo, su trabajo es también fuerte, agotador, intensos; con días que en los cuales nada parece tener solución y ocurren experiencias negativas.

“Pero para los amantes de esta profesión nada impide realizar un trabajo correcto, lleno de dedicación y entrega”, recalca esta abogada camagüeyana, una de las profesionales del Derecho que cada año forma la Universidad de Camagüey en sus aulas y que llegan a la sociedad, para desde la balanza y la espada, como símbolo de justicia y fuerza, convertirla en un mundo más justo, legal, de bien.

Por: Alexei Nápoles González

Fotos: Cortesía de la entrevistada

One Response

  1. Ramon Betancourt dice:

    Como contactar con Claudia Arzuaga. Necesito de sus servicios

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